PASADO, PRESENTE Y FUTURO

La nostalgia endulzada de estos días ha dado paso a las ilusiones del año que acabamos de estrenar. Atrás quedó el pasado y sin cargar con él hay que afrontar todo lo que nos deparen los días venideros. No siempre es fácil desvincularse de él porque algún que otro lastre nos puede acompañar en nuestro día a día. Convivir con ellos, quizás, sea la mejor solución para poder disfrutar del porvenir. El destino es caprichoso y por delante nos quedan muchas jornadas hasta que vuelva a llegar el momento de hacer balance de un año a punto de caducar. 

Las ilusiones no caducan y los sueños tampoco. Pueden ir cambiando con el paso del tiempo, pero nunca dejan de existir. Son ese motor que nos impulsa a hacer cosas que no están en nuestros planes, pero es en esos momentos en los que nuestro propio empuje debe vencer al miedo. Un miedo que nos acompaña, pero que no tiene licencia para arrebatarnos la alegría y la satisfacción que conseguimos al alcanzar aquello que creíamos inalcanzable. Obviamente, y seguro que en el deseo de todos, está la salud. Sin ella poco se puede hacer. Es el pilar fundamental para afrontar los reveses que no están en la hoja de ruta que nosotros nos marcamos. Lo cierto es que a la vida poco le importa los planes que tengamos porque ya se encarga ella de hacer la correcciones precisas al guión que nosotros mismos nos hemos escrito. 

Precisamente, son esas correcciones las que nos hacen crecer como personas. Nos enseñan a descubrirnos, a valorarnos, a conocernos y, por supuesto, a adaptarnos a ellas nos guste o no. A la vida no se la puede hacer correcciones, somos las personas las que tenemos que aprovecharnos de ella para sacarle el máximo partido en las buenas y en las malas. La vida solo se vive una vez y ya que estamos de paso no es necesario ponerle tantos “peros”. Es cierto que el futuro tiene como ingrediente fundamental la incertidumbre y a su vez la emoción por ver que nos depara. No es complicado plantearse como nos gustaría que fueran los próximos meses, pero lo cierto es que en nuestra mano está convertir este año, que está recién estrenado, en el mejor de nuestras vidas y así sucesivamente. 

La esperanza dicen que es lo último que se pierde y siempre está ahí para hacernos mejorar. También ayuda, y mucho, llenarse de ella. Es una buena compañera en los buenos y los malos momentos. Siempre se puede mejorar porque la felicidad no es estática. Ésta en un segundo puede aparecer y desaparecer, pero siempre será uno de los pilares fundamentales de la vida. En definitiva, ser feliz es lo que cuenta y cada uno sabe como alcanzarla. 

Por eso, entre mi “aún tengo la vida” y “ponerme la vida por montera” hay una línea muy fina. Vivir es lo único que se puede escribir en esa línea y mientras ésta esté recubierta de salud solo puedo sonreír al día a día y disfrutar cada momento. Así serán los recuerdos que deje en el pasado cuando el 2023 se agote, pero hoy son mi presente y toca vivirlo.   

Jimena Bañuelos

VOLVER Y SEGUIR

Dar la bienvenida a septiembre es lo que nos toca. El mes de agosto llega a su fin y con él se van muchas vivencias, muchas instantáneas que ya forman parte de nuestros recuerdos, para afrontar, de la mejor manera posible, la vuelta a la rutina. Afortunadamente, el verano no ha terminado y todavía hay días para hacer más de una escapada para que la mítica “depresión posvacacional” sea más llevadera. La cuestión es aferrarnos a todo lo que nos queda por vivir. Los recuerdos más recientes nos sacarán más una sonrisa a pesar de la nostalgia que ellos llevan implícitos. Eso sí, lo vivido ya no nos lo va quitar nadie

Sea el mes que sea, de lo que se trata es de vivir el presente. Un presente al que hay que adaptarse según las circunstancias, pero no hay que dejar de aprovechar todas las oportunidades que éste nos brinde. Septiembre es el mes de los comienzos. En julio y agosto hemos podido desconectar de todo, lo cual, es un gran alivio para nuestra mente. Las vacaciones están para eso y cumplir su misión está en nuestras manos. Ya no hay vuelta atrás porque lo hecho, hecho está. Obviamente, podemos viajar a lo largo del todo el año y desconectar en cualquier momento de ocio. No podemos darle a la rutina el poder de llenarlo todo, porque en el día a día también tenemos que tener momentos para nosotros mismos. Ahí radica nuestro momento. Ese momento en el que podemos mitigar el estrés y la monotonía. Los días pueden parecer iguales pero no lo son. Vendrán marcados por unos horarios, pero veinticuatro horas dan para mucho. Hay que apoyarse en todo aquello que nos gusta. Todavía tengo libros pendientes por leer, películas y series que deseo ver y aunque haya exprimido el verano al máximo no me ha dado tiempo a todo. Eso sí, disfrutar lo he disfrutado como me ha pedido el cuerpo. En el fondo lo que te llevas, además de un tono bronceado, es la sonrisa que te sale al recordar determinados momentos. 

Unos momentos que ya forman parte del pasado. Un pasado al que vendrá bien recurrir en la dureza del invierno. Es cierto que el tiempo pasa, más o menos, deprisa y ya queda menos para el verano que viene. Hasta entonces solo nos queda mirar hacia delante y pensar en todo lo que nos queda por vivir. De entrada la vuelta al cole y con ella la llegada a los supermercados de los turrones. La Navidad está a la vuelta de la esquina y seguro que más de uno ha vuelto de sus vacaciones con un décimo de lotería. Lo de ser previsor, según en qué cosas, se nos da bastante bien. Vayamos día a día, pero es cierto que con septiembre también comienza el último trimestre del año. Dicen que será duro en muchos aspectos, pero habrá que tirar para adelante como sea. De todas maneras, siempre podemos pensar en rematar este año y hacer borrón y cuenta nueva en el que viene. Septiembre es el mes de los comienzos, pero nunca podrá desbancar a enero cuando el calendario da vértigo por todo lo que nos queda por delante. 

Ahora, aunque cueste volver, hay que hacerlo. La vida son etapas, son momentos y de cada uno hay que quedarse con lo mejor. Como dijo el poeta estadounidense, Rober Frost: “En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue adelante.” 

Sigamos.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

Enlace en El Valle (México): https://elvalle.com.mx/columnas-y-opinion/story/36962/volver-y-seguir

 EL VIAJE 

Si la vida es un viaje, viajemos a ese destino que nos haga felices. Éste no tiene que ser un lugar, a veces, es un momento o un instante que nos marca un antes y un después en nuestro rostro. El viaje a la felicidad depende de nosotros mismos aunque es cierto que el entorno ayuda mucho. Además, los cómplices en el camino a esa sonrisa perenne son fundamentales. En definitiva, ser feliz es lo que cuenta porque ya se encarga la vida de ponernos a prueba. 

El verano es una de las épocas en las que más nos movemos. Las vacaciones y el ir y venir haciendo maletas son motivos suficientes para sonreír al día a día más agotador. Cuando estamos ociosos exprimimos cada minuto hasta acabar derrotados. Ese cansancio es el que cura el estrés de la rutina que nos agota de otra manera. Está claro que alejarse de ella siempre sienta bien, por eso, no hay que mirar al calendario todavía porque, aunque septiembre está cerca, todavía quedan muchos jornadas para rematar este mes como se merece. Agosto es el horizonte al que miramos en los peores momentos de nuestra rutina. Sería un delito desaprovechar aquello que hemos anhelado. 

Anhelar estar de vacaciones es inspirador cuando piensas en ese destino o en esos planes que quieres hacer cuando llegue el momento. Es cierto que mirar al futuro siempre es incierto y hay que vivir el día a día, pero soñar no es un delito porque también ayuda a recargar esas pilas que en algún momento dado flaquean. Cuando los planes se frustran, la decepción viene con ese contratiempo, pero hemos aprendido a reinventarnos y a buscar otras alternativas, que siempre las hay, para sonreír a la vida. Está claro que no siempre es fácil sobrellevar la adversidad, pero si ésta es subsanable no hay que darle más importancia. Todo pasa por algo y quizás esa felicidad que queríamos lejos de casa está a la vuelta de la esquina. 

Seamos realistas y aunque ya hablamos de la pandemia casi en pasado, no podemos olvidar que un verano sin restricciones como éste es lo que nos pedía el cuerpo. Cualquier plan es bienvenido porque atrás hemos dejado las prohibiciones que limitaban nuestros deseos. Solo por eso ya tenemos muchos motivos para sonreír al calor que estamos pasando, a los paseos por la playa, a los festivales de música, a las excursiones por la montaña… y tantos planes a los que nos lleva nuestra mente. Una mente que nos ha enseñado que tiene que ser entrenada para la adversidad y que ahora está en boca de todos porque la salud mental también es importante. Ha sido ignorada durante mucho tiempo, pero del tiempo de pandemia hemos aprendido que sin ella nada funciona igual. De ahí que hay que aprovechar la estación estival para darle un respiro a nuestra cabeza. La fuerza de la mente también necesita descansar. Cada uno sabe qué tiene que hacer para que ésta desconecte. El deporte ayuda y las vacaciones también; pero hay que mimarla día a día, todos los meses del año porque la fuerza de la mente es nuestra mejor aliada o nuestra peor enemiga. Lo que nos decimos o susurramos a nosotros mismos es tan importante que puede marcar un antes y un después en nuestra actitud.  

Una actitud que ante todo tiene que ser positiva, porque la vida es ese viaje que transcurre y no se detiene mientras nosotros buscamos la felicidad.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

Enlace en El Valle (México): https://elvalle.com.mx/columnas-y-opinion/story/36725/el-viaje

ENTRE LA NORMALIDAD Y LA EMPATÍA

Da gusto ver como la normalidad poco a poco comienza a visualizarse, todavía queda mucho para que ésta sea como la de antes, pero estamos más cerca de conseguirla si continuamos con la tónica de hasta ahora. Los datos están a nuestro favor y eso es más que ilusionante. La vacunación está muy avanzada y cada vez son más los que deciden ponerse ese pinchazo que nos beneficia a todos. 

Como ilusionante es ver la Feria del Libro de Madrid abarrotada los fines de semana. El límite de aforo hace que se formen largas colas, pero el encuentro entre lectores y escritores era una necesidad después de todo lo que hemos vivido. Confieso que la lectura ha sido una de las mejores aliadas que he tenido para sobrellevar los confinamientos. Adentrarse en las páginas de un libro, es adentrarse en una aventura que te ayuda a alejarte de la realidad. Algo muy necesario en el último año y medio. La verdad es que a este evento se han unido otros y la hostelería también va recuperando su esencia. Es cierto que no hay que confiarse, pero también es cierto que hay que seguir disfrutando de nuestro día a día con todo lo que eso conlleva.

Un día a día que esta semana deja atrás la estación estival para dar la bienvenida al otoño. Todavía se pueden aprovechar las jornadas veraniegas que nos queden, pero, sin duda, esto no va a durar mucho. Se nota que cada vez anochece antes y a los que nos gusta la luz nos cuesta asumirlo, pero siempre hay un buen plan que hacer. Madrid reabre el aforo completo de los cines y los teatros y apostar por la cultura siempre es una buena opción. Eso sí, no puedo obviar hablar del público en los estadios de fútbol. Me encanta ver en el Metropolitano a los rojiblancos cantando el himno con las bufandas en alto. De los últimos partidos mejor no hablo, porque esto no ha hecho más que empezar…

Sin duda, estamos en el comienzo de una etapa que deja atrás las duras restricciones y en la que vamos recuperando costumbres que el virus nos arrebató. La mascarilla, de momento, sigue con nosotros pero bienvenida sea si con ella se pueden recuperar las aficiones perdidas, los abrazos negados y los encuentros aplazados. No ha sido fácil llegar hasta aquí y ahora hay que mirar al futuro con ilusión pero sin olvidar las secuelas que la pandemia ha dejado. Los daños psicológicos pueden ser peores que los físicos, por eso, no dejemos de lado la salud mental porque sin ella el motor del ánimo no funciona bien. Quizás un poco de empatía no vendría nada mal en nuestra sociedad, ya que si supimos ser resilientes, ahora más que nunca debemos recuperar la empatía con los que nos rodean. Augusto Cury dice que “la capacidad de colocarse en el lugar del otro es una de las funciones más importantes de la inteligencia. Demuestra el grado de madurez del ser humano” y no le falta razón. Cada persona es un mundo y, por eso, toda ayuda es poca… “No pregunto a la persona herida cómo se siente. Yo mismo me convierto en la persona herida” dijo Walt Whitman. Reflexionemos…

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

Enlace: https://www.elvalle.com.mx/columnas-y-opinion/story/26585/entre-la-normalidad-y-la-empatia

FASE A FASE

Mi columna para El Valle de México

Día a día lograremos alcanzar la “nueva normalidad” de la que tanto se habla últimamente. Sin duda, es el objetivo de todos. Además, no hay que perder de vista que el verano “oficialmente” está llamando a la puerta. De hecho, vamos a despedir el mes de mayo con temperaturas muy altas más  propias de la estación estival.

Me encanta ver el sol cada mañana y confieso que soy de esas personas que aguantan bien el calor. De hecho, voy restando los días que quedan para poder ver el mar. A orillas del Mediterráneo todo cambia. Y ahora, más que nunca, es necesario pasar página y afrontar el futuro sustituyendo la perspectiva que me ha acompañado durante el confinamiento. Es cierto, que han sido meses difíciles, pero todo pasa. Madrid está, por fin, en la fase 1. Aunque nos ha costado avanzar éste es el primer paso para poder ver, por ejemplo, a la familia o reunirse con amigos. Si bien es cierto, hasta que pueda abrazar a mis padres todavía quedan unas fases. Todo llega a quien sabe esperar. Los besos y abrazos virtuales cada vez saben a menos. Es necesario reencontrarse con las personas a las que queremos porque los que hemos pasado el confinamiento solos, hemos afrontado días en los que la soledad ha sido nuestra aliada o nuestra peor enemiga. En mi caso, creo que ha sido más aliada porque me ha permitido pensar en cómo alcanzar alguno de los sueños que aún tengo pendientes. Pensar, a veces, no es bueno sobre todo cuando la mente y el estado de ánimo no quieren que luzcas una sonrisa en la cara. Esos días es mejor distraerse y dejarse llevar por una buena película o una serie. No hablo de la televisión porque, precisamente, abstraerse el coronavirus y sus datos también tiene su lado positivo. A mí, por lo menos, me ha funcionado.

No sé si las fases de la desescalada funcionarán o no, porque cumplir con las normas no está en los genes de muchos españoles. Afortunadamente, las contradicciones que hay entre lo que se puede hacer y lo que no en cada una de ellas dice mucho de quienes las han elaborado… Creo que no es necesario especificar más cuando, por ejemplo, el uso de la mascarilla también ha pasado por diferentes estados. Los argumentos para cambiar del ahora no al ahora sí han sido tan “científicos” como los pasos a seguir hacia la “nueva normalidad”… En fin, lo que nos queda por escuchar todavía en las ruedas de prensa… Estoy segura de que más de un volantazo va a haber. 

Volantazo el que ha demostrado la sociedad desde sus coches llenando las calles de muchas ciudades en la que fue la primera “manifestación” de los últimos meses. El estado de alarma ya no impone, el Gobierno tiene a una gran mayoría aporreando las cazuelas todos los días mientras otros intentan defender las incongruencias que éste anuncia. Más allá de nuestras fronteras no somos un ejemplo a seguir, por mucho que le cueste asumirlo al presidente. Su punto de vista desde La Moncloa dista demasiado de lo que se palpa a diario a pie de calle. El futuro es incierto para todos. La incertidumbre es capaz de nublar nuestros pensamientos. Insisto en que siempre nos queda el sentido común. No está de más practicarlo de vez en cuando. Que yo sepa, éste no tiene daños colaterales, en cambio, las mentiras sí. 

Por eso, es el momento de avanzar y dejar atrás las rencillas del pasado. Edmundo Burke dijo: “Nunca puedes planear el futuro a través del pasado”. Así que más actuar y menos hablar. Señalaba Aristóteles: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.” Y eso puede pasar como tenga que retrasar mi viaje al Mediterráneo y el abrazo con mis padres… No diré más.

Enlace: https://www.elvalle.com.mx/columnas-y-opinion/story/12468/fase-a-fase

Acento francés en México: Así fue la visita de Hollande

hollande y peña nieto

Toda visita que se precie comienza con una bienvenida. El Presidente francés, François Hollande fue recibido por el Presidente mexicano, Enrique Peña Nieto en una ceremonia oficial que se celebró en el Campo de Marte. “Frente al mundo, relanzamos nuestra relación, para hacerla más cercana, más fuerte y con mayores beneficios para nuestras sociedades”. Esto es lo que aseguró Peña Nieto el pasado jueves tras recibir al mandatario francés. El encuentro entre sendos líderes ha sido posible gracias al trabajo que comenzó en el año 2012 cuando mantuvieron su primera conversación. Además, esta visita trae consigo un recuerdo por la historia de ambos países, ya que se conmemoraba el cincuenta aniversario de la visita del General de Gaulle. Ocurrió en 1964 y fue recibido por el entonces presidente, Adolfo López Mateos. Peña Nieto no dudó en afirmar: “Lo recordamos con especial aprecio, porque a partir de una política exterior activa y visionaria llevó a México al mundo y trajo el mundo a México”.

Por su parte, François Hollande reconoció que se abre una nueva página en las relaciones entre estos dos países porque “los desafíos que estamos asumiendo de forma conjunta se llaman desarrollo económico, justicia social, protección del planeta y solidaridad para nuestros compatriotas. He aquí lo que juntos estamos emprendiendo”. De hecho, apuntilló: “Sepa, señor Presidente, que puede contar con Francia. Estaremos a su lado en cada uno de estos frentes y que sus ambiciones y sus reformas son también las nuestras”, concluyó.

Ese mismo día, los dos mandatarios recibieron unas prestigiosas distinciones. Enrique Peña Nieto manifestó su agradecimiento al recibir la Gran Cruz de la Orden Nacional de la Legión de Honor, instaurada por Napoleón I, que es la máxima condecoración que otorga el Gobierno de Francia. Por su parte, el Gobierno de México impuso al Presidente francés “la condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca, que es el máximo reconocimiento que se otorga a un extranjero”, por su contribución a las grandes causas de la humanidad, y por la amistad y fraternidad con México.inauguracion peña

Emprender para el futuro

El segundo día de visita estuvo marcado por la economía. Primero, los líderes políticos participaron en el Encuentro Económico “Francia y México, dos Actores Complementarios en las Cadenas de Valor Mundiales”. Después, inauguraron el “Campus Aeronáutico Franco-Mexicano” de la Universidad Aeronáutica en Querétaro.

“México no es un país emergente, es una potencia económica”. Estas fueron las palabras que François Hollande pronunció para destacar la importancia de México en el ámbito internacional. Un factor clave para Peña Nieto son los emprendedores, a los que considera “un motor muy importante”. Por eso, “a los gobiernos nos corresponde hacer el camino, generar el marco y las facilidades que potencien la iniciativa y la capacidad creativa e innovadora de nuestros emprendedores, y eso es justamente lo que nos hemos propuesto hacer el Presidente Hollande y el Presidente de México”, apuntó el líder mexicano.

Por su parte, el líder francés destacó que México es un país abierto, que confía en el comercio internacional. De hecho, las reformas económicas que se están llevando a cabo son la prueba que manifiesta esa “voluntad de modernización”. Y “nos anima desde Francia a mejorar nuestra competitividad, a ser capaces de crear más empleos y a ser más atractivos para que las inversiones extranjeras vengan también a Francia para crear riqueza”, puntualizó. Hay que destacar que en México existen cuatrocientas empresas francesas que están prosperando, y lo más importante, creando empleo.

La visita de Estado concluyó con la inauguración del “Campus Aeronaútico Franco-Mexicano”. En dicho acto, Enrique Peña Nieto destacó que en la actualidad, la industria aeroespacial cuenta en México con “doscientas empresas y once centros de investigación”. Además, precisó: “La industria aeroespacial es un ejemplo de los múltiples sectores económicos donde mexicanos y franceses podemos colaborar”. Por eso, “este notable crecimiento es indicativo de la calidad y potencial que tiene esta actividad en nuestro país, así como el reconocimiento y la visión de un país hermano, como Francia, para aprovecharlo e impulsarlo”, añadió.

Por su parte, François Hollande resaltó su deseo de que “no estemos a nivel de palabras y declaraciones con motivo de la Visita de Estado. Quiero para los pueblos, para los jóvenes, lo que hemos trazado como hoja de ruta y que esto se concrete en la vida cotidiana”. De hecho, el líder francés explicó que en el citado campus se impartirá formación de alto nivel. También manifestó su deseo de que haya más centros como éste porque “una asociación es tener confianza en el otro y ser capaces de inventar productos que nunca hubiéramos fabricado solos”, concluyó.

En definitiva, la Visita de Estado ha supuesto la oportunidad para que se pudiera establecer la plataforma y los mecanismos necesarios para potenciar lo mucho que puede dar de sí la relación entre Francia y México.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)