Cuando no es la Champions, es la Liga y si no la Europa League o la selección, pero el fútbol no da tregua. Es más, tiene la licencia de cambiar parrillas de televisión. No es que me disguste ver un encuentro de mi equipo pero comprendo, que a muchos les canse que un día sí y otro también haya un partido. Lo bueno que tiene el Mundial o la Eurocopa es que sabes que la selección engancha y, más, desde que da tantas alegrías. Esperemos que duren, porque hay que estar a las duras y a las maduras. Cuando se gana, cuando se sufre y cuando se pierde, como la afición del Atleti.
Que el fútbol levanta pasiones no hay duda. Y quien más y quien menos estará pendiente del que será el tema de conversación de la mañana siguiente. El deporte rey, tan admirado por unos y odiado por otros, tiene la capacidad de sacar de dentro de cada uno de nosotros al mejor orador. ¡Vaya capacidad argumentativa tenemos! Si Cicerón levantará la cabeza…
Pero no estamos en la ciudad italiana y los tiempos son otros. Si hay una fecha en todo calendario colchonero es la del derbi madrileño. El cara a cara con su máximo rival. Acaba de terminar la última jornada liguera y está a punto de dar comienzo la siguiente…pero con un aliciente muy especial. Hay un partido con mayúsculas: Real Madrid-Atlético de Madrid. Los indios llegan en su mejor momento. Seis victorias esta temporada, son su mejor aval para asaltar el fortín blanco. Los de Simeone saben que en juego hay algo más que tres puntos. El optimismo y la confianza serán, sin duda, grandes aliados. Aún está en la memoria de los colchoneros la última Copa del Rey conquistada en el Santiago Bernabéu. Todavía más de un merengue tiene esa herida sin cicatrizar… Quedan menos de cuarenta y ocho horas para el partido y en el ambiente ya se respira la emoción. Pero, ¡ojo! El Atleti es el Atleti y, a veces, ha saltado al terreno de juego como a ningún rojiblanco le gusta que lo haga. Es hora de salir sin complejos. La mejor afición os acompañará y os apoyará contra viento y marea. Celebrar los goles colchoneros en la casa blanca no tiene precio.
Ganar una apuesta o una porra son motivos más que suficientes para reunir mañana a indios y vikingos delante del televisor. Tras el pitido inicial solo me quedará recordar al famoso emperador romano Julio César cuando dijo: “Alea iacta est.” Este partido pasará a la historia, aunque esperemos que escrito con tinta rojiblanca.
Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
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