Mi columna para El Valle (México):
https://www.elvalle.com.mx/columnas-y-opinion/story/6030/a-las-urnas-otra-vez
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Mi columna para El Valle de México
Dicen que después de la tempestad siempre llega la calma, pero en esta ocasión la tempestad ha hecho mucho daño. Siempre es bienvenida la lluvia porque precisamente el agua no nos sobra pero lo ocurrido en las provincias de Alicante y Murcia ha sido una catástrofe. La temida Gota Fría ha descargado muchos litros de agua arrollando con todo lo que encontraba al paso. Las imágenes son demoledoras, los testimonios de los afectados ponen la piel de gallina. La naturaleza ha castigado a unas localidades que buscan, poco a poco, ir recuperando la normalidad. Una normalidad teñida de un marrón que costará un tiempo limpiar. El barro se ha apropiado de los hogares de muchos arrebatándoles los recuerdos de toda su vida, y lo peor de todo, seis personas han perdido la vida tiñendo de luto a unas familias que han visto como el agua se llevaba a su paso a sus seres queridos. Han sido unos días muy duros. Unos días que quedan marcados de por vida en la historia de nuestro país porque nunca la naturaleza había causado tantos estragos en nuestro territorio.
Si hablamos de nuestro país y de su futuro, todo pasa por esta semana. Concretamente por el día de hoy. El Rey ha comenzado la ronda de consultas para proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno pero todavía no hay acuerdo. Más bien, hay quien está fomentando “el desacuerdo” para llevar de nuevo a los españoles a las urnas. Eso sí, nadie le puede garantizar a Pedro Sánchez los resultados de las encuestas, porque una vez que pones las urnas sobre las mesas todo puede pasar. Y como todo puede pasar, queda menos de una semana para que concluya el plazo. Si esto ocurre, ¿qué ha estado haciendo desde el mes de julio? Respondan ustedes mismos…
Si es cuestión de responder el resto de partidos políticos lo tienen muy claro. Así lo han manifestado una y otra vez en el Congreso de los Diputados y aunque los miembros del gobierno en funciones se empeñen en echar la culpa del bloqueo al resto; en este caso y cada vez que abren la boca lo dejan más claro. Están muy bien en sus sillones, gobernando en el desgobierno, sin tomar decisiones… Poco les importa la situación en la que se encuentra España. Ni el paro, ni la economía, ni nada, les hace reflexionar. Unos dicen que es egoísmo, arrogancia, orgullo pero a pie de calle, ésa que se les ha olvidado pisar, se escuchan otro tipo de palabras y reflexiones. Acerquénse a los ciudadanos si es que tienen valor…
Valor y lealtad es lo que están demostrando las Fuerzas Armadas ayudando a los que más lo necesitan. Ellos usan, por ejemplo, el helicóptero para rescatar en situaciones límites a quienes corren serio peligro. Ellos sí se han ganado la ovación de los españoles, ellos son leales, ellos deberían ocupar más titulares. El valor se lleva y la humildad se demuestra. Aprenda un poco Sr. Sánchez que en Alicante y Murcia no necesitan figurantes, necesitan ponerse “manos a la obra” para que todo vuelva a la normalidad.
Y dejando las catástrofes a un lado y la política al otro, el broche de oro a la semana llegó de la mano de los chicos del baloncesto. La selección española se proclamó, por segunda vez, campeona del mundo. Un título más que merecido para un equipo que trabajó duramente para conseguirlo. La unión hace la fuerza y éste es un buen ejemplo. España es campeona, pero no solo en baloncesto sino en solidaridad porque estos días lo ha demostrado.
Me acuerdo de ese día como si fuera ayer. Sabía, desde el momento en el que me desperté, que había un antes y un después de aquel catorce de septiembre. En las noches de desvelo soñaba cómo sería “el día cero”. Y ese día había llegado. Me ilusionaba pensar en que el final estaba más cerca, en que volvería a tomar las riendas de mi vida, en que podría ser la joven que de la noche a la mañana cambió la universidad por el hospital… Me ilusionaban muchas cosas, pero también, estaba nerviosa, tenía miedo, tenía la incertidumbre y las dudas que solo el tiempo podría resolver. Siempre pensé que todo iba a salir bien porque esa era la actitud con la que había afrontado los duros ciclos de quimioterapia. Mi familia, mis amigos y mis médicos me acompañaron en los buenos y los malos momentos y en un día tan importante no podían faltar.
Sonriendo a la vida
Aquella mañana seguí con mi rutina del hospital, sabiendo que por la tarde todo cambiaría. La tranquilidad daría paso al frenético ritmo del trasplante en el que las enfermeras no dejaban de entrar y salir. Mi doctora venía a comprobar que todo iba bien y ya entrada la noche y comiéndome un montadito de lomo con queso, el trasplante finalizó. Estaba cansada pero el miedo dio paso a la esperanza y a una vitalidad que comenzaron a llenarme de energía. Ya pensaba en los días que me quedaban para salir del hospital. Por fin, el día cero iba a dar paso a muchos días más. Ya son más de cuatro mil setecientos. Trece años en los que he podido vivir muchas aventuras y experiencias y, lo más importante, he podido cumplir muchos de los sueños que tenía cuando estaba en la cama de las distintas habitaciones del hospital de La Princesa. Y todo gracias a ese donante alemán que me regaló vida y al que estaré eternamente agradecida.
Confieso que en ese catorce de septiembre se puso el broche final a unos meses muy duros, muy inciertos, en los que la vida me enseñó que en un segundo todo puede cambiar, que los peros no son tan peros, que las cosas hay que afrontarlas como vienen y, lo más importante, que de todo lo malo hay que quedarse con lo mejor. No os voy a negar que lloré, que me enfadé, que me decepcioné, que me impacienté porque mentiría, pero también es justo decir que de todos esos momentos aprendí, gracias a la fuerza de la vida, a reponerme, a creer en mí, a sacar fuerzas no sé de dónde, en definitiva, a luchar por mí, por mi familia, por mis amigos y todo aquello que un día la leucemia me arrebató de repente. Pues bien, hoy tengo un gran motivo que festejar. Hoy, para mí, no es un día cualquiera. La vida, ésa que solo se vive una vez, cuando da una segunda oportunidad la exprimes al máximo, porque ha sido ella la que te ha enseñado a vivir y a valorar. Y precisamente, con los recuerdos volviendo a mi cabeza, hoy brindo por mi donante, por la salud, por los sueños, por mi familia, por el futuro… En definitiva, brindo porque Aún tengo la vida.
Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
Publicado en Aún tengo la vida
Mi columna para El Valle (México):
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