SENTIDO ÚNICO

Hemos dejado atrás la Semana Santa. Una Semana Santa que muchos calificarán, sin duda, como especial porque tras dos años sin ver salir los pasos a la calle, la normalidad ha vuelto a ser la protagonista. Menos mal, porque aunque la lluvia hizo acto de presencia en los primeros días, después ha dado una tregua para dar paso al silencio, a los tambores y a la solemnidad de quienes viven estas fechas con devoción. Por supuesto, no hay que olvidar que el ocio es libre y cada persona decide como pasar este primer puente del año. Después de todo lo que hemos vivido, las ganas podían con todo porque la necesidad de desconectar se palpaba en el ambiente. Muchos destinos y un único fin: disfrutar. 

Precisamente, ese verbo sabemos conjugarlo todos. Ya sea con amigos o con la familia, lo que de verdad importa es ser feliz porque el tiempo pasa y no vuelve. Estos días también han sido especiales para mí. He recordado la Semana Santa que viví en Roma hace unos años. Por mucho que las cosas cambien, las tradiciones siempre se mantienen. Es cierto que lo que hemos echado de menos, ahora lo hemos vivido como si fuera la primera vez. Una primera vez que siempre es inolvidable, hablemos de lo que hablemos. También, no me puedo olvidar que en la distancia he podido ver por la televisión las procesiones de Burgos. Era una niña cuando viví “El Encuentro” a los pies de la catedral. Este Jueves Santo, lo pude ver como nunca lo había visto porque aunque las pantallas son frías los sentimientos brotan del corazón. Además, hay que agradecer a esas cámaras los planos que mostraron nunca vistos. La perspectiva lo cambia todo.

Y tanto que si cambia que la solemnidad del Viernes Santo se trasladó desde el interior de la Catedral a las calles de la ciudad. Todavía seguimos homenajeando a la Seo por sus ochocientos años, pero motivos no nos faltan. Que le voy a hacer si estoy rendida a su Majestad ya sea de día o de noche. Me alegró ver la plaza de San Fernando abarrotada de gente para ver las procesiones y aunque Burgos tiene fama por su frío, el tiempo acompañó con un sol espléndido para que se lucieran todas las tallas. 

Sin duda, esta Semana Santa tiene motivos para quedar en el recuerdo de todos. Ha sido, además, el preludio al fin de las mascarillas en interiores. Mañana todo cambia y ésta se quedará solo en determinados lugares. Parecía que este momento no iba a llegar nunca, pero ya es una realidad. Es cierto que el virus sigue con nosotros, pero mientras se comporte como hasta ahora hay que ir quitando las restricciones que quedan. La normalidad está imperando aunque, es cierto, que nada volverá a ser como antes porque la pandemia ha marcado y mucho. De una manera o de otra, todos tenemos ese punto de inflexión en nuestras vidas. Lo importante es que hemos superado ola tras ola como hemos podido, hemos plantado cara a lo desconocido y hemos aprendido que la vida en un segundo puede cambiar. “Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único.” Lo dijo la escritora Agatha Christie. Un sentido que nos tiene que conducir a la felicidad y ésta cada uno sabe donde la puede  encontrar…

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

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DEJAN HUELLA

La vida es esa historia que vamos escribiendo de nuestro puño y letra. En ella, como en todas las historias, hay personajes protagonistas que nos acompañan a lo largo de los años. Otros, son secundarios por un tiempo limitado y los hay que, aunque no están en nuestro día a día, han dejado una huella en nosotros y se han convertido en gratos recuerdos. Además, con el paso del paso del tiempo los roles pueden ir cambiando. Decía Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito: “Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan”. 

Ya desde la niñez vamos forjando nuestra personalidad y carácter. Ese pasado es la base de nuestro futuro. Esa niña que vivía en Burgos conserva muchos recuerdos y vivencias, pero también no olvida a esas personas que la fueron mostrando poco a poco la realidad. Obviamente, la vida son etapas y la primera de ellas siempre arranca en el colegio. Ahí fueron mis profesores los que me enseñaron las asignaturas que me tocaban cada curso me gustaran o no, pero también me enseñaron unos valores y otro tipo de lecciones en los que el examen no iba tener una nota ya que sería la vida la que me pondría a prueba. La memoria es selectiva, de ahí, que algunos de esos profesores hayan caído en el olvido y, en cambio otros, se han convertido en amigos a día de hoy. 

Esa niña ha crecido y ha ido superando etapas. Del colegio pasó al instituto y de ahí a la universidad. Tenía razón Henry Adams cuando afirmó: “El maestro deja una huella para la eternidad; nunca puede decir cuando se detiene su influencia”. Esa influencia vive en nosotros y somos nosotros mismos los que la vamos moldeando y cultivando con la ayuda del tiempo. Mucho se está hablando estos días de la supresión de la Filosofía o de las calificaciones. Como es lógico hay detractores a estas decisiones, abiertamente yo estoy en ese bando. La Filosofía me enseñó muchas cosas, pero sin duda, la de hacerme preguntas es la quiero destacar. No concibo dejarme llevar sin más por lo que me digan. Desde pequeña apuntaba maneras. Podía ser rebelde con causa o sin ella pero siempre he sido fiel a mis principios. Unos principios que defenderé siempre. Además, agradezco enormemente a quienes me ayudaron a forjarlos. Las calificaciones siempre tuve claro que eran unas cifras que me impulsaban a mejorar. Lo pensé en Saldaña, mi colegio; en Comuneros de Castilla, mi instituto y en el CEU, mi universidad. La esencia es ser tú mismo y para ello hay que madurar en tiempo y forma. Es lógico que quieran eliminar la cultura porque desde la ignorancia es muy fácil manipular. Como dijo el filósofo Amos Bronson Alcott: “La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia.”

Estamos viviendo unos años veinte que, de momento, poco tienen de felices. Arrancaron con una pandemia que todavía no ha finalizado y después se han ido sucediendo acontecimientos que han dado un vuelco a nuestros planes. Todos hemos tirado recuerdos para revivir momentos que nos dieran un empujón hacia delante. No estaría demás que volviéramos a leer nuestra propia historia y recordáramos a esos maestros y profesores que estaban al pie del cañón para darnos lo mejor. Las personas que están en nuestra memoria es por algo. Vaya desde aquí mi gratitud a mis maestros y profesores. Ya no hablo solo de Filosofía porque cada asignatura tiene su porqué. Un porqué que la vida te muestra en el momento oportuno. Y acabo con esto de Albert Einstein: “Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber”.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

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FOTOGRAFÍAS

El mes de agosto llega a su fin y con él se lleva muchos amaneceres, muchas puestas de sol, muchas vivencias y muchas instantáneas que nos ayudarán a afrontar el mes de septiembre. Un mes marcado por la vuelta al cole y la vuelta a la rutina. Menos mal que el verano todavía no ha terminado y nos quedan días para disfrutar de una escapada que otra los fines de semana. Cualquier plan es bueno para mitigar la denominada depresión posvacacional que no es tal si nos aferramos a las muchas experiencias que nos quedan por vivir. 

Experiencias que ayudan a seguir creando recuerdos. Hay fotos que cuando las vemos inventan sonrisas y a pesar de la nostalgia que en ellas encontramos, lo vivido ya no nos lo quita nadie. Por eso, septiembre es un buen mes para ir a Burgos. La ciudad sigue volcada con el VIII Centenario de su catedral y desde hace una semana se han unido a los festejos “Las Alas de México”. La obra de Jorge Marín ya está en la Plaza de Santa María para el deleite de todos. Retratarse con ellas va a ser casi una obligación. Me alegra ver como México está presente en mi tierra gracias a la obra de este escultor. Sin duda, es otro buen motivo a añadir a la lista y visitar la capital castellana. No nos olvidemos que también están las Edades del Hombre. Si Burgos derrocha cultura por sus calles, ahora con la celebración del centenario mucha más. Por cierto, la obra del escultor mexicano estará presente en tierras del Cid hasta el 22 de marzo. Por delante quedan seis meses para disfrutar de la grandeza de sus alas ya que miden 450 centímetros de alto y pesan 1,836 kilos. Están hechas de bronce y las creó hace once años. 

Quizás, la foto en esas alas sea una buena manera para volar hacia lo que deseamos y dejar atrás aquello que nos roba la ilusión. Las instantáneas también son una buena medicina sin receta. Y lo mejor es que se pueden tomar en cualquier momento. Ahora, que no nos desprendemos del móvil para nada, siempre llevamos con nosotros el mejor viaje al pasado. No es cierto que no sea bueno mirar atrás. Simplemente, tenemos que ser selectivos con lo que nos quedamos. Y eso depende de cada uno. Yo siempre me quedaré con lo mejor y confieso que anhelo ver la obra del escultor mexicano. Todo llegará.

Como han llegado las medallas de la burgalesa Marta Fernández en los Juegos Paralímpicos. Lo anuncié hace semanas y me enorgullece poder contarlo. Es un ejemplo de superación a seguir. Sin duda, es un sueño cumplido para ella porque los sueños no son fáciles de cumplir aunque con constancia y tenacidad se logran. Vaya desde aquí mi más sincera felicitación. De nuevo, las fotografías son esenciales porque Marta se verá con la medalla colgada una y otra vez y ese recuerdo estará cargado de emoción.

No siempre es cierto que una imagen vale más que mil palabras, pero ver una imagen en un momento determinado lo puede cambiar todo. La mente tiene mucho poder y alimentar nuestros pensamientos no solo de palabras también tiene sus efectos. Las buenas imágenes imborrables están ahí para ayudarnos cuando todo es más negro de lo que creemos. Si el pasado nos ayuda, ¿por qué renunciar a él? Seamos selectivos

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

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A LO SIMONE BILES EN BURGOS

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Club Gimnasia Burgos

En tiempos de confinamiento cualquier entretenimiento es bueno. Ahora, que la tecnología ha avanzado y las redes sociales están al rojo vivo, los retos se han ido abriendo paso para mostrar las habilidades, o no, de quienes aceptan todo lo que se les pone por delante. Al principio, y dado su protagonismo, el papel higiénico se convirtió en algo, no solo esencial en el carrito de la compra, sino que adquirió su protagonismo haciendo con él todo tipo de habilidades. Muchos subieron a sus historias la satisfacción de haber superado el reto y tras éste otros les aguardaban para llenar las horas vacías que la cuarentena trae consigo. Confieso que no soy muy de retos aunque sí que veo de lo que son capaces de hacer mis amigos. Muchos, de hecho, me han sorprendido porque nunca me los hubiera imaginado haciendo determinadas cosas… pero todo vale para sacar una sonrisa a los tuyos y a los demás.

Si bien es cierto, no todos los retos están al alcance de todo el mundo porque para emular a Simone Biles hay que estar muy bien preparado si no quieres acabar en el hospital o con más de un moratón. La gimnasta americana siempre sorprende con su potencial en todas las competiciones, pero ahora pasa, como muchos atletas, su tiempo en casa. Dejar de entrenar es un error, pero sí se puede uno adaptar a las circunstancias como lo han hecho en el Club de Gimnasia de Burgos. Es obvio que me fijé en ellos porque como dice el himno de mi ciudad: “Tierra sagrada donde yo nací” y ésta tira mucho. Saliendo de este paréntesis estos chicos siguen entrenando como pueden y además aceptaron el reto de la estadounidense. Ver el vídeo es una maravilla porque demuestra que todo es posible si se trabaja para ello. Sé que tienen muchos sueños, sé que entrenan muy duro, sé que se esfuerzan, sé que compatibilizan sus entrenamientos y sus estudios, sé que no se rinden, sé que son infatigables y estoy convencida de que llegarán muy lejos. De hecho, no pienso perder de vista todo lo que hagan. Avisados estáis… No olvidéis que todo sacrificio, tarde o temprano, tiene su recompensa. Cuando se disfruta de lo que se hace, en este caso del deporte, es muy difícil alejarse de aquello que nos saca sonrisas, alguna que otra lágrima, pero mucha satisfacción. Ahora estos gimnastas son muy jóvenes y nadie sabe lo que les deparará la vida, pero estoy segura de que el deporte siempre estará con ellos.

Si no suelo aceptar retos, por supuesto, el de Biles menos. Eso sí, el deporte me da vida, me da fuerza y me permite alejarme de la rutina, de la situación en la que nos encontramos y me evade a mi mundo. Ése que solo yo entiendo y en el que estoy, generalmente, acompañada por mi música favorita, para simplemente dejarme llevar. Confieso que sigo entrenando en casa porque querer es poder siempre venciendo a la pereza; algo que seguro también le sucede a más de un miembro del club. Chicos, ahora no hay competiciones pero todo volverá a ser “más o menos” como antes, pero hasta entonces os animo parafraseando a Aristóteles: “Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”. Y dicho esto, seguid como hasta ahora, campeones.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)