DISTRACCIÓN ROJIBLANCA

Esta semana damos la bienvenida al mes de octubre. Un mes que arranca con la pandemia en pleno apogeo, con un enfrentamiento político sin precedentes y con un tiempo que demuestra que el verano ha quedado atrás. La rutina ha vuelto adaptada a las circunstancias y, poco a poco, todo va encajando en esta anormalidad en la que estamos viviendo. En septiembre superamos la temida vuelta al cole mejor de lo que nos esperábamos, pero también vimos como las cifras hacían saltar las alarmas de la necesidad de nuevas medidas. En esas estamos aunque no lo parezca.

Sinceramente, hacer un paréntesis de tanto Covid no viene mal. Llevo semanas hablando de cómo están las cosas por España, y sobre todo, por Madrid. Es agotador pensar todo el tiempo en la pandemia. Las conversaciones versan sobre lo mismo y la mente necesita distraerse con algo ajeno. Todavía nos quedan meses complicados y aunque cada día que pasa es un día menos, hay que distraerse. Leer, ver una película o una serie ya formaban parte de mi rutina, pero ahora, por fin, hay un aliciente más. Confieso que ya tenía ganas de ver al Atleti saltar a los terrenos de juego. Mucho se ha hablado últimamente de los rojiblancos y es que la llegada de Luis Suárez no ha dejado indiferente a nadie. El uruguayo ya luce en su espalda el nueve y ahora toca que se aprenda la filosofía “cholista” y haga lo que mejor sabe hacer.

Precisamente, lo que mejor sabe hacer la afición es derrochar coraje y corazón. Todavía no se puede hacer en los estadios, esperemos que pronto llegue el día que tanto esperamos. De momento, nos emocionamos viendo el vídeo y la canción que Leiva y Joaquín Sabina nos han regalado. Los sentimientos cada vez están más a flor de piel porque llevamos mucho tiempo sin recibir muestras de cariño. Es cierto, que los colchoneros tenemos otra forma de entender la vida. Está más que demostrado por mucho que otros intenten explicar lo inexplicable. Los rojiblancos siempre apoyamos a los nuestros y creemos en ellos en las buenas y en las malas. La temporada acaba de empezar y por delante nos quedan muchas jornadas de goles, de ilusión, de taquicardias, de alegría, de sufrimiento… Desde luego, en la Liga no se ha podido empezar mejor. Los seis goles, dos de ellos de Suárez, que se vieron en el Metropolitano demuestran que el Atleti está, como dijo Simeone, “con energía, ganas e ilusión, como todos los años cuando empieza la Liga”. Esperemos que esta buena actitud dure hasta final. De momento, y como dice el entrenador, vayamos “partido a partido” así que disfrutemos de esta victoria. Son los tres primeros puntos y vendrán muchos más. El Atlético de Madrid y su afición tienen ansias de títulos. El espectacular comienzo hace soñar, veremos si los sueños se convierten en realidad. El tiempo lo dirá, pero lo que tengo claro es que “nunca dejaré de creer”. ¡Aúpa Atleti!

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SE VEÍA VENIR

Mi columna para El Valle de México

Era lo menos deseado, pero la realidad nos está demostrando que las cifras por contagio del coronavirus van en aumento. Hace meses vivimos lo peor de esta pandemia, pasamos un tiempo confinados para doblegar la curva y con la llegada de la nueva normalidad y el verano hemos ido bajando la guardia. Las medidas de precaución siempre han estado ahí aunque no todos las hayan respetado por igual. La estación estival está llegando a su fin y el otoño nos trae, de momento, unos datos que no son nada positivos. Además, los catarros y las gripes están en su época del año favorita. Era obvio que había que tomar medidas. En Madrid, de momento, ya sabemos cómo pretenden frenar los contagios. Los resultados los iremos viendo a medida que pasen los días, pero da pavor recordar lo que sucedió en el mes de marzo. Es momento de actuar, porque con la salud no se juega. Cansa oír las disputas políticas cuando hay un problema de gran envergadura. Ya habrá tiempo para debates políticos y al final seremos los españoles en las urnas los que juzguemos como han actuado quienes nos representan. Estaría bien no olvidarlo cuando lleguen las elecciones, aunque algo me dice que ya se encargarán los interesados de recordarnos como vivimos este año. 

De este año no sé si saldremos más fuertes o no, desde luego, el hartazgo de la situación ya empieza a pasar factura. Se avecinan meses complicados. Meses con menos luz y peor tiempo. Meses en los que hay que ser más fuertes si cabe. Vienen meses en los que podemos reflexionar y aprender de nosotros mismos porque todos estamos viviendo de una manera diferente nuestra vida. Nos hemos tenido que adaptar a las circunstancias y eso no siempre es fácil. Confieso que tengo ganas de que todo esto pase. Veo una luz cada vez que hay buenas noticias de la vacuna, de ahí, que me mantenga optimista y cada día que pasa es un día menos para volver a la verdadera normalidad. Confío en los científicos que están dándolo todo por dar con ese pinchazo que neutralice el virus. Llegará no lo dudo. Hasta entonces, seguiré colaborando con los médicos cumpliendo con las medidas de seguridad. Hay que ayudar a quienes lo están dando todo por velar por nuestra salud.

La salud es algo muy valioso que algunos solo valoran cuando ésta escasea. Un error bajo mi punto de vista porque sin salud pocas cosas se pueden hacer. La pandemia nos está demostrando nuestra fragilidad, pero también nuestra capacidad para afrontar una situación que jamás habíamos vivido. Por eso, todo esto pasará y mientras pasa, aprovechemos el tiempo para vivir porque la vida continua. A este terrible 2020, ya le van quedando pocos meses, hay muchas ganas de dejarlo atrás. Pensar en el año que viene es precipitado, pero lo tiene muy fácil para superar al 2020; de hecho, a mi me esperan todos los planes cancelados en este año. Ojalá se puedan llevar a cabo porque si esto no es así es que la cosa no va bien y me niego a aceptar que el Covid-19 siga copando nuestras vidas. Ser positivo es primordial. Cada uno de nosotros juega un papel fundamental para poner fin a esta pandemia. Somos un equipo triunfador con muchas ganas de escribir otro capítulo de nuestra historia. Pongámonos manos a la obra. 

Jimena Bañuelos

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CUMPLIENDO 14 AÑOS…GRACIAS A MI DONANTE DE MÉDULA

Catorce años viviendo de regalo

“Cómo han pasado los años…” dice la canción, ya son catorce desde aquel catorce de septiembre que marcó un antes y un después. Recuerdo que cuando todo comenzó empecé a soñar con cómo iba a ser el famoso “día cero”, me preguntaba muchas cosas y ninguna de ellas tenía respuesta porque, antes de eso, tenía que tener un donante de médula compatible. Hasta que llegara la esperada noticia solo podía llenarme de fuerza y valentía para afrontar cada ciclo de quimio con la esperanza de que todo iba a salir bien. No fueron meses fáciles, pero sí fueron meses en los que aprendí a valorar cada momento, a disfrutar de los pocos días que estaba en casa y sobre todo, descubrí el valor de las pequeñas cosas. Afortunadamente, no estaba sola. Día y noche mis padres me llenaban de optimismo e ilusión a pesar de las circunstancias. La unión hace la fuerza y ellos estuvieron al pie del cañón en todo momento. Vivimos en la incertidumbre, en el día a día como nunca antes lo habíamos hecho, pero a la vez, soñábamos con un futuro porque esos sueños que nacieron en la cama del hospital, hoy ya se han hecho realidad. Y eso, significa que la vida me ha dado una segunda oportunidad. 

Una oportunidad que empezó el día que me dijeron que tenía un donante de médula compatible. Sin duda, la mejor noticia que me han dado nunca. Aquel martes y trece también forma parte de mi historia, de mi vida. La alegría me inundó de tal manera que solo podía pensar en lo que iba a suceder tal día como hoy de hace catorce años. Me enfrentaba a lo desconocido, pero ya tenía mucho ganado a la leucemia que de repente se apoderó de las riendas de mi vida. Aquella tarde la recordaré siempre por muchas cosas. Una de ellas era la mezcla de sentimientos. Tenía miedo, dudas, optimismo, ilusión y sobre todo, mucha confianza en los médicos y enfermeras que habían vivido conmigo la experiencia más dura de mi vida. Había llegado el “día cero” y desde ese momento solo quería una cosa: sumar días. Los primeros no fueron fáciles pero, poco a poco, cumplí un año y así he llegado, de momento, hasta los catorce. Ese seré el número de velas que tendrá la tarta de mi cumple-vida. Hoy, sin duda, no es un día cualquiera. 

Hoy es un cumple-vida que me llena de recuerdos, me traslada al pasado y hasta consigue, año tras año, que los ojos se me pongan vidriosos. No se puede olvidar algo así, ni se puede obviar todo lo vivido en el 2006. Además de mis padres, muchos me acompañasteis para hacer frente a la leucemia. Hoy brindaré por mi donante, por mi familia y por todos vosotros, porque aunque dicen que no hay que mirar al pasado, a veces, éste nos recuerda lecciones aprendidas y nos llena de fuerza para afrontar las dificultades del futuro. Y más en este año tan incierto. Por eso, viendo las cicatrices y sintiendo como me dan algunos pinchazos en ellas, sé que de lo malo hay que quedarse con lo mejor. Por eso, debo estar feliz y sonreír cada día porque gracias a la generosidad de alguien Aún tengo la vida

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

CON OPTIMISMO Y ESPERANZA

Mi columna para El Valle de México

“Ya no me voy, me quedo” es lo que canta Aitana en uno de sus temas, y eso es, precisamente, lo que anunció Messi después de la “bomba” que soltó hace unos días. Muchos veían al argentino con un pie fuera y comenzaron a vivir su peor pesadilla, en cambio, otros asumieron la decisión como un órdago a la directiva del club. Los ocho goles que recibieron en la Champions pasaron factura y la llegada del nuevo entrenador puso punto final a una etapa con más sombras que luces. Ahora con Messi a las órdenes de Koeman veremos que pasa. Esto no ha hecho más que empezar…

También acaba de empezar la llegada de los niños a los colegios. Desde luego un asunto con más importancia que la no salida de Messi. Las decisiones vinculadas al coronavirus son de una trascendencia vital. Con la salud no se juega y no se pueden repetir los errores del pasado. Es lógico que la incertidumbre reine en el ambiente, pero a estas alturas ya deberíamos estar más que acostumbrados a vivir con ella. No es fácil, y más para quienes les gusta tener todo planificado, pero la vida no entiende de guiones y ahora más que nunca, éstos se escriben día a día. Obviamente, será día a día cuando veamos si los protocolos escolares son viables o no. La teoría es muy fácil de escribir, pero la práctica son palabras mayores. Superaremos este reto al igual que hemos superado todos los cambios que el coronavirus ha provocado en nuestras vidas.

Asumir que nada es como antes cuesta mucho porque cada vez se echan más de menos los abrazos, los besos y las muestras de cariño. Las mascarillas esconden muchas sonrisas cargadas de alegría. Ésa que la Covid-19 intenta borrar de nuestras vidas. Seguimos restando días a la llegada de la vacuna. Ya se barajan fechas para incentivar el optimismo y aunque seguro no hay nada, la esperanza es lo último que se pierde. Afortunadamente la ciencia ha avanzado y los investigadores están trabajando arduamente para dar con ese pinchazo que nos inmunice ante un virus cargado de demasiadas incógnitas.

Desconocemos muchos aspectos. Hasta la cifras que salen día a día son cuestionadas. Los datos oficiales no son creíbles. En España ya hemos superado el medio millón de infectados y el objetivo es frenar los contagios. Insisto en la necesidad de cumplir con las normas para que, cuanto antes, podamos volver a celebrar todas las fiestas aplazadas. No será por falta de ganas. México vive en septiembre su mes más patrio, a pesar de las circunstancias y con las medidas oportunas puedo permitirme brindar con un buen tequila por todos ustedes y por El Valle que cumple treinta años. El 2020 es especial, pero el coronavirus no lo puede eclipsar todo. En “petit comité” todo es posible, y al año que viene, quizás, podamos gritar a voz en grito que lo hemos superado. Queda mucho tiempo pero es el tiempo el que da respuestas. Hasta entonces no nos olvidemos de vivir.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

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DESINFORMACIÓN

Por Javier Urra*

Naturalmente, que hay profesionales y medios de comunicación que trabajan con seriedad, que ahondan en la noticia, que van a las fuentes, que se esfuerzan.

Pero no es menos cierto, que hoy hay muchos periodistas y medios de comunicación que no informan, dan su opinión, prejuzgan, o simplemente no indagan.

Y en cuanto a los expertos, muchos de ellos, saben de lo suyo, pero son muy malos comunicadores, se traban, tienen una voz horrorosa, confunden y se confunden. 

Creo que informar, requiere conocer, ahondar en la noticia, tener criterio, entender que es lo esencial. Y en tiempos de pandemia, de confinamiento, muchos medios se han dejado llevar, por lo que dicen los dirigentes políticos, que naturalmente intentan arrimar el “ascua a su sardina”.

Realmente a una persona como yo que tanto como profesor de la universidad, como ponente en conferencias, como escritor, como redactor de informes para la Justicia, se me demanda ser buen comunicador, me llama poderosamente la atención lo mal que se expresan personas que se dirigen a veces a millones de personas.

Se me dirá, hay quien es muy inteligente, pero se expresa mal, déjenme que lo dude, pues pensamiento y lenguaje van de la mano. Acontece como quien escribe bien y habla mal, me genera franca desconfianza.

Tengo la triste impresión de que hay profesiones o desempeños que se han devaluado, citaré dos: los políticos, cada vez con peor nivel formativo, y más baja cualificación para el desempeño de su función, lo que les lleva a ser una caricatura del cuadro de Goya en el que se golpean uno al otro de manera inmisericorde.

La otra profesión en franca decadencia es la de los periodistas, que no investigan, que creen que pueden resolver todo desde la pantalla de su ordenador convirtiéndose en voceros de noticias que no lo son, por ser falsas. 

En tiempo de bulos precisamos de fuentes de información fiables, creíbles, contrastables, y nos encontramos con que la ciudadanía no tiene esas referencias, por lo que opta por escuchar, por ver, por leer a quien confirma sus creencias, que por serlo, son previas.

A lo largo de mi dilatada carrera profesional he sido entrevistado, no cientos, sino miles de veces, y puedo asegurar que siendo la misma persona mis respuestas lucen o quedan grises o deshilvanadas dependiendo de quién formula las preguntas.

El periodismo, tiene una importante labor, la de informar, la de entretener, la de salvar a un sistema político que no siendo bueno, es el mejor que conocemos y que denominamos democracia, pero para ello se requiere independencia de la propia empresa o de las empresas que las sostienen, y hoy hay mucho pagafantas, mucho arribista y mucho ganapán. 

Lo antedicho se refiere a un número importante de medios y de profesionales, repito, marcadamente sectarios, pero no a quienes trabajan con coherencia, con ética, con compromiso, con respeto a quienes va dirigida su crónica y su labor diaria. 

El rigor, en el desempeño profesional es esencial. Y miedo me da el conchaveo de políticos y periodistas para liquidar a los que están al otro lado, de la ya denominada trinchera. 

Yo soy psicólogo y he pronosticado que a título individual, muchas personas saldremos de esta pandemia en algo, solo en algo mejorados. Pero la estructura social no cambiará, el planeta seguirá contumazmente suicidándose, y en España los posicionamientos nacionalistas y guerra civilistas nos abocarán a situaciones en el mejor caso de peligro. 

*Javier Urra :

Dr. en Psicología y Dr. en Ciencias de la Salud

Académico de Número de la Academia de Psicología de España 

INCERTIDUMBRES DE SEPTIEMBRE

Mi columna para El Valle de México

Llevamos meses especulando con lo que pasaría en septiembre con la vuelta al cole, con la evolución del virus, con las vacunas… Pues bien, septiembre ya está aquí y ahora nos toca afrontar la realidad. Nos guste o no el verano está llegando a su fin y por muy atípico que éste haya sido siempre es una época excepcional y anhelada en el año. Las vacaciones nos evaden de la realidad, de la rutina, del trabajo y la verdad es que en el 2020 han sido una necesidad. La mente necesita despejarse y cambiar de aires siempre sienta muy bien. Eso sí, siempre respetando las medidas para evitar la propagación del virus. Un virus que ha ido ganando, por desgracia, protagonismo según ha ido avanzado la época estival. Los datos no son buenos y lo que se esperaba para septiembre comenzó en el mes de agosto. Ahora nos toca afrontar lo que venga cumpliendo, más si cabe, con las recomendaciones sanitarias. No hay que olvidar el trabajo titánico que hicieron los sanitarios en los meses en los que el coronavirus estaba en su momento más álgido. Por cierto, la mala gestión por parte del Gobierno español no es una novedad, pero que López Obrador la critique me llama la atención después de ver cómo lo ha hecho él. En fin, no se trata de comparar sino de afrontar la situación tomando las decisiones correctas por el bien de los españoles y también de los mexicanos en su caso.

Decisiones, concretamente, que han tardado en llegar en lo que a la vuelta al cole se refiere. La bicicleta fue una canción del verano, pero no veo yo a los padres en España llevando a sus hijos en ella. Todo está en el aire y solo el tiempo irá mostrando si los colegios han sido capaces de prepararse para la llegada de los alumnos. El Ministerio de Educación, desde luego, no ha hecho grandes aportaciones. Aunque si lo comparamos con el de Universidades, cuyo ministro ha estado desaparecido, su trabajo ha sido decente.  Ya lo dice el refrán, “otro vendrá que bueno te hará”. 

Obviamente, el que no puede desaparecer es el ministro de Sanidad porque todo está vinculado a que prevalezca la salud. Lo bueno de esta semana ha sido anunciar que España empieza su primer ensayo clínico de una vacuna anti-Covid. Hay que apostar por la investigación y estaremos muy pendientes de los resultados de esta vacuna. Hay que darle tiempo al tiempo, pero también hay que ganarle tiempo al tiempo; de hecho, la campaña de vacunación de la gripe se va a adelantar. Todo lo que sea prevenir es bueno.

Septiembre empieza hoy con la misma incertidumbre con la que hemos vivido los últimos meses de este año tan raro. Para los amantes del deporte rey, la guinda al pastel la ha puesto Messi al anunciar que se quiere ir del Barça. Así es la vida y así está siendo el 2020, pero la vida son etapas y ahora mismo, con la que está cayendo y la que se avecina, no me preocupa el destino del argentino; prefiero centrarme en que mi gente esté bien y que los investigadores den con la vacuna que nos inmunice a todos del virus que nos robó la normalidad.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

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