TILA CON ROSQUILLAS

Era el primer fin de semana sin el estado de alarma y todo hacía presagiar que los desplazamientos entre comunidades iban a aumentar. Las ganas de ver a las personas que quieres superan, con creces, cualquier toque de queda o medida que se haya adoptado para contener la curva de contagios. Una curva que, de momento, está más que controlada según los últimos datos de incidencia. Además, no hay que olvidar que la vacunación continúa y eso ayuda mucho. Aún así, no hay que olvidarse de las precauciones pertinentes ya que el virus sigue con nosotros. Eso sí, seamos optimistas y miremos al futuro con la esperanza de disfrutar de un buen verano. El sol siempre da vida y es una buena medicina. De hecho, las imágenes de las playas hablan por sí solas. 

Evidentemente, los que partieron a las costas el pasado fin de semana fueron unos afortunados. Confieso que cierta envidia sí que me dieron porque echo mucho de menos el mar y el sonido de sus olas pero en Madrid festejamos al santo patrón. Fue un San Isidro adaptado a las circunstancias. El Madrid más castizo no renunció ni a los chotis, ni a los chulapos y chulapas y, por supuesto, ni a sus típicas rosquillas: las tontas, las listas, las de Santa Clara y las francesas. A nadie amarga un dulce y las tradiciones hay que cumplirlas. 

Y hay que cumplirlas y más cuando la tarde del domingo se jugó la penúltima jornada de la Liga. Rosquillas, pipas, pistachos y lo que fuera necesario para afrontar un partido, previsiblemente, de infarto porque el Atleti es el Atleti y los rojiblancos lo sabemos bien. El deporte rey fue el protagonista y las emociones con él. El Atlético de Madrid tenía en su mano proclamarse campeón, pero cuando se trata del conjunto colchonero ya se sabe que todo puede pasar. Y pasó. Los de Simeone necesitaban una victoria y que los de Zidane no ganaran… Pero noventa minutos dan para mucho y sucedió que los blancos se iban imponiendo en Bilbao mientras los colchoneros sufrían en el Metropolitano y no por falta de ocasiones. El reloj corría pero los segundos eran eternos. La relatividad del tiempo en estado puro. Menos mal que los goles llegaron. Qué manera de remontar tiene el Atleti a golpe de corazón porque las palpitaciones ya eran una realidad. 

De las rosquillas y los frutos secos pasamos a las tilas y las valerianas. Quedan cuatro días para que la competición acabe, cuatro días para recuperar el pulso, cuatro días para seguir creyendo, cuatro días para continuar apoyando al equipo, cuatro días para demostrar que la afición está ahí y cuatro días para hacer planes para el sábado. Sin estado de alarma se puede viajar a cualquier sitio, pero también, y con cuidado, se puede visitar al rey del mar porque Neptuno lleva esperando a su familia rojiblanca desde antes de la pandemia. Y ahora, no es por nada, es el momento de los reencuentros. Está claro, ¿no? 

Jimena Bañuelos

Enlace: https://www.elvalle.com.mx/columnas-y-opinion/story/22799/tila-con-rosquillas

¡¡Atleti Campeón!!

Ondeando la bufanda entre el sonido del claxon de los coches y al grito de “Atleti, Atleti” llegué al único sitio en el que quería acabar la noche. Neptuno con un agua rojiblanca esperaba una auténtica marea. Llevaba meses soñando con ir a la fuente del rey de los mares y tras noventa minutos en los que nunca dejé de creer cumplí, con una amplia sonrisa, el sueño que anhelaba.

Obviamente, no iba sola. Rosa, Ana y Ales me acompañaban. Sabíamos que con los jugadores lo festejaríamos dos días más tarde pero cuando se trata de celebrar una copa todo momento es bueno. Frente a Neptuno me acordé de quién me inculcó este sentimiento que por muchas palabras que uses es difícil de explicar. Por eso, ni lo voy a intentar. El Atleti son muchas vivencias, muchas emociones y, por supuesto, muchos momentos únicos e irrepetibles. También puedo asegurar que te enseña a llorar de alegría porque cuando luchas por lo que quieres y lo consigues el corazón, acostumbrado a taquicardias, palpita al compás del himno de tus colores.

En Neptuno celebrando la Europa League

No faltaron los cánticos, las sonrisas en las caras, los vítores a los jugadores, en especial a ese Niño que todos hemos visto crecer y se va del club que adora con una copa que le ha hecho campeón, precisamente, en el penúltimo partido en el que lucirá la camiseta colchonera. Hasta en esto apuramos al límite. Pero merece la pena cuando el desenlace final está lleno de euforia. Ya nos tocaba volver a rendir culto a nuestro dios. Neptuno nos echaba de menos.

Desde que aprendimos la filosofía “cholista” todo comenzó a cambiar. Seguimos fieles al coraje y corazón que son nuestra seña de identidad pero desde el “partido a partido” vivimos al día. Pensamos en nosotros, creemos en nuestras posibilidades y dejamos atrás ese pasado apodado “el pupas” para crecer en el terreno de juego, y así, alcanzar la gloria. La afición nunca ha dejado solo a los suyos. En las buenas y en las malas siempre ha estado, está y estará. La Europa League es de todos. Así que todos disfrutamos en las calles de Madrid del título por el que también hemos sufrido. Me acuerdo de los que están lejos de Neptuno, pero que no se preocupen que ya me encargo yo de celebrarlo por ellos. Durante la fiesta de esta copa ya se habla, o mejor dicho, ya se canta el nombre del próximo rival en Europa. La verdad es que no sé cual serán sus colores, lo único que tengo claro es que el destino es Tallin. Si hasta allí no puedo ir, repito lo que dije en mi último artículo, os espero en Neptuno gritando bien alto: “¡Aúpa Atleti!”. Pero hasta agosto solo tenemos que disfrutar.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

 

Neptuno y Cibeles, cara a cara

Dice la previsión meteorológica que mañana en la ribera del Manzanares el ambiente será de Champions, y la temperatura irá en aumento a medida que vaya entrando la noche. Y no es para menos. La visita del Real Madrid al Vicente Calderón no deja indiferente a nadie. En la mente de muchos está la final de Lisboa. Presumen de esa victoria pero… como la mejor defensa es un buen ataque, no hay que olvidar que los vikingos en su última visita al Calderón se llevaron de recuerdo cuatro goles…La memoria, sin duda, es selectiva y cada uno elige sus recuerdos… ¿O no?

Es el momento de hacer apuestas. Me imagino en el Olimpo de los Dioses a Neptuno y a Cibeles buscando aliados; en Madrid se miran de reojo y es que la que ha liado la diosa Fortuna ha sido buena. La Neptuno y cibelesChampions no suele defraudar y partidos como éste son una gran dosis de adrenalina. Ya están preparadas las pinturas, las bufandas, las banderas para vivir noventa minutos “intensamente” como diría Simeone. Los rojiblancos tienen las gargantas preparadas para animar a los suyos, del corazón es mejor no hablar porque el de los colchoneros no hay cardiólogo que lo entienda. Pero el sentimiento atlético nunca cambiará. Su afición gane, pierda o empate siempre está a su lado, pero en un partido ante su máximo rival, el aliciente es aún mayor. Apear de la Champions al Real Madrid siendo éste el vigente campeón es, de momento, un sueño; pero en una semana puede ser una realidad…. Que Neptuno vaya hablando con Morfeo para que el sueño acabe con un dulce despertar rojiblanco.

Todavía quedan ciento ochenta minutos de pasión, de tensión y de buen fútbol. No es el momento para fumar la pipa de la paz. Sólo el mejor estará en las semifinales. La Champions tiene muchas deudas con el Atleti. Tarde o temprano las saldará. De momento, los rojiblancos lucharán “con coraje y corazón”. Ese corazón que gracias al influjo de Venus está enamorado de sus colores desde el día que comenzó a palpitar. Por no olvidar de la fuerza que Ares les debe enviar desde el Olimpo. Cada minuto hay que pelearlo, los errores se pagan caros. El billete a la semifinal busca dueño y ni Zeus sabe a quien tendrá que consolar. Pero seguro que en Concha Espina es bien recibido. A estas alturas, la tribu india lo tiene claro, sólo vale: Ganar, ganar y volver a ganar. Y si es al Real Madrid…¿Qué más se puede pedir?

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

Neptuno, dios del mar rojiblanco

Esta es la imagen que quería ver:

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Esta es la imagen con la que me quería despertar del primer sueño. Sufrimos mucho pero ya se sabe que el Atleti es así. Las lesiones y el gol culé no consiguieron hundir ni a los de Simeone ni mucho menos a los miles y miles de colchoneros que sólo pensábamos en escribir en la historia esta liga de rojiblanco. Como manda la tradición, Neptuno ya ha recibido a los flamantes campeones del “partido a partido”. Han conquistado un título más que merecido…Han alcanzado la gloria.

Ha costado sangre, sudor y lágrimas pero el trabajo tiene su recompensa. De pequeña me enseñaron a luchar por mis sueños cueste lo que cueste y, aunque no pueda estar rodeada de mi gente, no me he sentido sola. He renunciado a vivir in situ una celebración que llevaba meses esperando pero no me arrepiento. No sé si Neptuno habrá hablado con la diosa Fortuna porque gracias a que he cruzado el charco he encontrado a grandes personas y amigos. Aquí siempre serán favoritos el Real Madrid y el Barça pero Denisse tiene un gran corazón rojiblanco. No es india de nacimiento pero en ella se ha despertado el sentimiento atlético…Amiga, no sabes lo que vas a sufrir…Eso sí, nunca te arrepentirás…

Ser del Atlético de Madrid es especial, no he sabido explicar por qué soy colchonera ni a Denisse ni a nadie. Es más, ni yo misma lo sé. Lo que sí que puedo asegurar es que el equipo está unido y es fuerte. Los corazones colchoneros seguirán infartando en cada partido…Pero el Atleti es así y que siga siéndolo… ¡Es una manera de vivir!

Hay que disfrutar de este momento, vivirlo y, por supuesto, celebrarlo. En Neptuno y ayudados por Baco, el dios romano del vino y el frenesí…que hay que cantar el himno, se canta. Que hay que vitorear al Cholo, se vitorea. Que hay que gritar los nombres de los jugadores, se grita. Que hay que mirar de reojo a la Cibeles, se mira…La euforia y la adrenalina son las reinas de esta fiesta.

Es el momento de festejar este título. En una semana jugamos otra final. Queremos la gloria europea. La Champions merece ser rojiblanca. Sigamos soñando como hasta ahora para despertar de la misma manera. “Latido a latido” hemos vivido cada minuto de partido, escuchemos como se acelera el corazón cuando pensamos en los colores rojiblancos y, más aún, cuando pensamos en ganar, ganar, ganar y volver a ganar… Lo mejor: Seguir creyendo.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

 

 

Objetivo: Alcanzar la gloria

Gastronómicamente, he cambiado el bocadillo de jamón serrano por los tacos, los frijolitos son la guarnición ideal de mis platos y sin chile todo está más soso. Lingüísticamente, sigo hablando en español pero con matices. El verbo “tirar” ya es “jalar”, todo es “muy padre” y, por supuesto, “ahorita” es el adverbio por excelencia, entre otras cosas… ya se sabe que allá donde fueres haz lo que vieres… Sabio consejo, sin dudarlo. Pero hay una cosa que no cambiaré esté donde esté y son los colores de mi equipo. Soy colchonera desde “chica” y aunque “por acá” no sepan lo que es ser del Atleti ya me encargaré yo de enseñárselo. La primera lección rojiblanca será el sábado a las once de mañana en tierras mexicanas.la foto 1

Tengo preparadas las pinturas, la bufanda, la bandera y, por supuesto, la “playera”, es decir, la camiseta que dirían “allá”. La confianza en los mismos nunca la he perdido y la ilusión de ver celebrar en Neptuno el primero de los títulos de esta temporada son motivos más que suficientes para vivir este encuentro como lo que es: una final. Ver al dios del mar luciendo los colores rojiblancos es muy “chido”. “Haré chonguitos” o cruzaré los dedos para que así sea. Ya se sabe cómo es el fútbol…

El sentimiento rojiblanco no será el único que tendré a flor de piel. Se me pondrá la “piel chinita” en algún momento…“Extrañaré” o echaré de menos a mi familia, a los colchoneros con los que tantos minutos he sufrido viendo al Atleti pero lo dice una de mis camisetas: “El Atleti te hace más fuerte”. Es cierto que la distancia te vuelve más sensible a todos los detalles que te recuerdan a tu tierra. Aquellos que lo han experimentado me comprenderán bien y los que no…simplemente que piensen cuanto tardan en añorar aquello que quieren…

“Ser campeón no es una meta, es una actitud” dice otra de mis “playeras”. Eso es lo que quiero ver en los de Simeone: Actitud de campeones. Para los colchoneros ya lo sois pero hemos soñado durante meses y ahora queremos un dulce despertar… Los corazones están preparados, las gargantas están listas para corear dentro y fuera del Camp Nou un himno que es una de las mejores motivaciones que pueden tener: “Jugando, ganando, peleas como el mejor, 
porque siempre la afición, 
se estremece con pasión, 
cuando quedas entre todos campeón.” Llegan líderes y pueden salir como héroes. Como dirían “acá”: “Échadle…”

Disfrutaré del partido acompañada de amigos colchoneros-mexicanos. Sin lucha no hay victoria, así que no quiero ver al Atleti “huevón” que se da por vencido. Es el momento de olvidar los complejos. Decía Muhammad Alí que “para ser un campeón, tienes que creer que eres el mejor, si no lo eres, haz como si lo fueras”. Este escudo, esta afición, en definitiva estos colores se merecen estar en lo más alto. Ahora o nunca. Este sábado será la Liga y el próximo, la Champions.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

 

 

 

 

 

Una sonrisa colchonera

foto camisetaLa hora, la de siempre. El sentimiento, más intenso. Mis colores: los rojiblancos. Todo apuntaba a que el partido de la Champions iba a ser emocionante, pero lo fue aún más estando tan lejos de la ribera del Manzanares. Nunca había seguido a mi equipo a miles de kilómetros y aunque ahora dicen que no hay distancias…Es precisamente la distancia la responsable de mostrar los sentimientos a flor de piel. La sensibilidad envuelve cada kilómetro que nos separa de aquello que añoramos. Ayer fue el Atleti, pero hay muchas más cosas: La casa, la comida, el gimnasio…

Si hay algo que los kilómetros hacen añorar son los amigos. Aquellos con los que has compartido grandes momentos de tu vida. Una buena amistad no es fácil de romper y ayer durante los noventa minutos del partido de mi Atleti no me sentí sola. La afición colchonera estaba conmigo. Mis amigas más indias fueron compartiendo conmigo cada  gol, cada falta, cada córner… Me emocionaba pensar que los colchoneros iban con paso firme a los cuartos de la Liga de Campeones, pero me emocionaba, más aún, sentir tan cerca a Eugenia, Marisa, Elsa, Rosa… Y, por supuesto, a mi familia.

Sé que hay muchos colchoneros por el mundo. Hace una semana que me uní a este club. Si mi equipo va “partido a partido”, yo voy “día a día”. Cada día aprendo algo, descubro algo nuevo y me emociono con algo. Ya he dicho que sentir nostalgia me hace recordar de dónde vengo y preguntarme a dónde voy. Con mi gente, la del otro lado del charco, me siento como en casa. Todos los días paso por lo que llamo familiarmente mi “Puerta de Alcalá”, mi “Parque del Retiro”. Eso me recuerda que la vida no permite ensayos ni repeticiones. Mi momento es aquí y ahora.

Seguiré vibrando como una colchonera más, buscaré mi “fuente de Neptuno”, por si acaso, recordaré las mejores experiencias, añoraré a los míos pero nunca me olvidaré…de sonreír a la vida.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)