Lo último de Jorge Crespo. Viñeta censurada incluida…





Jorge Crespo: https://jorgecrespocano.com
Publicado en Jorge Crespo
Es inevitable no tirar de recuerdos estos días. Hace un año cumplía la tradición de ir con mi padre al Wanda Metropolitano para ver al Atleti. Nunca pensé que aquel partido ante el Sevilla iba a ser el último que viviría en mi casa futbolística en tanto tiempo. Aquella jornada, a pesar de que el virus ya pululaba por el ambiente, la disfrutamos como buenos colchoneros animando a los nuestros, gritando sus goles y sufriendo en los momentos decisivos. Eso sí, no éramos conscientes de la que se nos avecinaba. Ese siete de marzo pasará a la historia de mis mejores añoranzas. Un año después, seguimos comentando los partidos del equipo de nuestro corazón por teléfono o por mensajes. Menos mal, que el destino ha querido que el derbi lo hayamos podido ver juntos porque la distancia con los seres queridos cada vez pesa más. La fatiga pandémica está aflorando por días y no siempre el nivel de fuerzas está al cien por cien. Una buena recarga de energía es vital para afrontar lo que todavía nos queda por delante.
De la unión nace la fuerza. Si ésta te la dan tus seres queridos no existe mejor tratamiento para curar los “bajones” propios de la pandemia o de la abstemia primaveral, si queremos buscar otro culpable. A estas alturas ya sabemos valorar los pequeños momentos que la vida nos va brindando a cuenta gotas. Ya se habla de las estrictas medidas que se van a adoptar de cara a la Semana Santa, pero hasta que ésta comience hay que vivir el presente. Algo que nos ha dejado claro esta pandemia desde que se inició. La importancia del ahora es incuestionable.
Por eso, disfrutemos con las precauciones oportunas. Todavía somos muchos los que estamos esperando la vacuna y anhelamos esa inmunidad tan necesaria. La ciencia está de nuestro lado, pero en nosotros está que todo el esfuerzo de los que investigan y los que nos cuidan dé sus frutos. Los datos demuestran que si nos cuidamos podemos aplacar al virus. Ya va siendo hora de potenciar la responsabilidad individual ya que en ella reside nuestro futuro a corto plazo. Las medidas absurdas de algunos dirigentes políticos ponen de manifiesto su nula gestión, buscando culpables donde no los hay. Menos mal que todavía queda algo de sentido común.
Un sentido común del que tanto he escrito, y, sin duda, lo seguiré haciendo porque será este particular sentido el que nos lleve a “otra normalidad” en la que podamos recuperar todo lo perdido. Nada volverá a ser como antes porque de una manera o de otra a todos nos está marcando nuestro duro presente, pero si hay algo que tengo claro es que aunque la distancia no impide un sentimiento y la tecnología nos ayuda a estar virtualmente con los nuestros; no hay nada como estar juntos. Juntos nos hemos emocionado, juntos nos hemos reído, juntos hemos disfrutado, juntos hemos librado muchas batallas y juntos brindaremos por el fin de esta pandemia. Nos quedan muchos momentos por vivir y espero que sean juntos.
Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
Enlace: https://www.elvalle.com.mx/columnas-y-opinion/story/20764/juntos
Un partido más, tres puntos menos. Es el balance más simple que dejó el pasado sábado el derbi madrileño. El Atlético de Madrid comenzó con buen pie, hasta generó ocasiones de gol en la primera mitad, pero los rojiblancos se diluyeron en los últimos cuarenta y cinco minutos. Además, el gol de Benzema cayó como un jarro de agua fría. Es cierto que el Real Madrid tampoco brilló, pero en cuanto tiene ocasión el balón entra entre los tres palos. Y no se me olvida el penalti no pitado que nunca falla en esta cita futbolística… En fin, es la realidad que hay, el Atleti tiene un problema y se aleja de Europa. Mucho tienen que mejorar si quieren tener plaza europea la próxima temporada… ¡A ver si reaccionan!
Luciendo el dorsal más especial para mí. El dorsal de Aún tengo la vida
Los que me conocen saben que mi corazón es rojiblanco, que nunca dejo de creer en los míos y a pesar de que el partido de ayer no era un partido cualquiera mi mente no estaba en el Santiago Bernabéu. Por mi cabeza se sucedían una serie de recuerdos que vuelven a mí cada año por estas fechas. Son recuerdos duros, de esos que no se olvidan ni con un derbi madrileño. Hay cosas más importantes que tu equipo gane o pierda. De ahí, que los que me escribieron un mensaje el pasado sábado no obtuvieran la respuesta que esperaban. Hace unos años, en estos días recibí la peor noticia que me han dado nunca. Fue un diagnóstico que, sin duda, dio un giro a mi vida de trescientos sesenta grados. Por eso, aunque mi corazón colchonero siempre late por mis colores, el sábado lo hacía para recordarme todo lo que he vivido. Todas las batallas que fui ganando día a día sin un guion establecido. Me emociona pensar que de todo aquello me quedan recuerdos muy duros que no podré olvidar, pero también en mí hay cicatrices que por mucho que tiren me llenan de fuerza, de vida y, sobre todo, me animan a seguir luchando por los sueños que tengo pendientes. Estas marcas grabadas en mi piel me invitan a disfrutar de quienes me rodean, a no malgastar mi tiempo en tonterías y a sonreír porque cada día es un regalo. Y no solo para mí por haber superado una leucemia, sino para todos. No lo olvidéis nunca.
Y dicho esto, a pesar de que me digan que no mire al pasado, hay días que es inevitable. Soy fuerte pero no soy de piedra. Eso sí, creedme que cuando miro para atrás no me vengo abajo. A veces, ver el pasado te da más fuerza para afrontar el presente y vivirlo sin cuestionar cómo será el futuro. Por eso, este derbi ha pasado sin pena ni gloria. Por supuesto, que me hubiese gustado ver triunfar a los míos. Eso sí, no estaba yo para dar muchos ánimos, pero estoy convencida de que el Atleti se cae y se levanta. Ya lo ha hecho y no dudo que lo volverá a hacer. A mí me pasó lo mismo. Todo mi mundo se vino abajo y, poco a poco, con mucho sacrificio, mucho trabajo, mucha perseverancia y mucha fuerza fui recomponiendo mi vida y volví a tomar sus riendas. Ésas que la leucemia me había arrebatado.
Hoy escribo con el corazón, no sé si colchonero o no. Al menos, muchos comprenderán por qué se quedaron con las ganas de hablar conmigo sobre el post partido. Mi coraje y mi corazón estaban recordando “otra liga”, la liga de la vida. La liga en la que fui sumando puntos superando los ciclos de quimio y la gané el día que me hicieron el trasplante de médula.
Y dicho esto, y superados estos días. Pensemos ya en el próximo partido. Vuelvo a ser la Jimena de siempre que se pone su bufanda para disfrutar de su Atleti gane o pierda… Pero como pierdan el próximo partido se enteran… porque Aún tengo la vida.
Mi columna para El Valle (México):
https://www.elvalle.com.mx/columnas-y-opinion/story/6236/algo-mas-que-tres-puntos
Poco más de veinticuatro horas quedan para que el Atlético de Madrid enderece la mala racha que lleva en la Liga. No es por nada pero la mejor motivación para saltar al terreno de juego, con una dosis extra de coraje y corazón, se llama Real Madrid. Es la última vez que en el Vicente Calderón se vivirá el derbi. Así que como decía Luis Aragonés solo vale ganar, ganar, ganar y volver a ganar. Y eso es lo que esperamos quienes tenemos las rayas por bandera.
Aun hay tiempo para preparar la equipación con la que se vivirá el cara a cara con mayúsculas. La camiseta, la bandera y las pinturas están listas. Si hablamos de la garganta, tiene potencia de sobra para animar a los míos. Y en cuanto al corazón… palpitará con un ritmo más acelerado, pero nada nuevo, es la rutina a la que los colchoneros le tenemos acostumbrado. Mi particular previa al encuentro ya está hecha. Mis apuestas van a caballo ganador. Porque no dudo de que el regreso a Concha Espina de algunos será más duro de lo que se creen. Pero así es el futbol…o mejor dicho, así es mi versión rojiblanca del futbol…
A estas alturas de la semana, muchos han sido los comentarios merengues que han llegado a mis oídos. Afortunadamente, escucho y callo, porque el que calla otorga. Y mañana serán otros los que enmudecerán… Y a mí no me quedará voz para dar ánimos… En fin, tengo ganas de cantar mi himno, de gritar los goles colchoneros, de ver la cara, que no los abdominales, de desesperación del de siempre…
La cuenta atrás ha comenzado, minuto a minuto el ambiente se va caldeando… los indios abarrotarán la ribera del Manzanares, los vikingos serán bienvenidos, eso sí, después de noventa minutos… a llorar a la Cibeles.
¡Aúpa Atleti!
Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
Publicado en Deporte
Miles de gargantas estaban preparadas, la letra más que aprendida, no hacía falta director de orquesta, tan sólo los primeros acordes para que el Vicente Calderón se pusiera en pie y cantara a capella el himno de su Atleti. El sentimiento colchonero estaba a flor de piel, y no es para menos, su eterno rival visitaba el feudo rojiblanco.
Comenzó el encuentro como a los colchoneros no nos gusta ver al Atleti. Faltaba pasión, coraje y corazón. Los nervios se apoderaban de unos aficionados que veían como los suyos no entraban en el partido. Ver al Real Madrid tan cómodo en la Ribera del Manzanares hace enfadar, y mucho, a los indios. Con el marcador en contra y habiendo fallado un penalti, fueron los hinchas rojiblancos los que no dejaron de cantar y animar a los suyos. Si bien es cierto, durante los cuarenta y cinco primeros minutos, los de Simeone desquiciaron a más de uno.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y como colchonera sé que el Atleti es capaz de todo, así que una cosa tenía clara: Se iba a sufrir. Pues sufriendo como no está escrito comenzó la segunda mitad en la que los rojiblancos salieron a reivindicar que ellos eran los anfitriones. Las gradas se vinieron arriba, sus jugadores necesitaban a su afición y saben que ella nunca les va a fallar. Por eso, el corazón comenzó a latir cada vez más deprisa, para impregnar el tan citado coraje a unos futbolistas que estaban dispuestos a pelear hasta el final.
Y tal fue la reacción colchonera que comenzó a cundir el miedo en los merengues. Su comodidad iba decreciendo, Cristiano ni estaba ni se le esperaba, así que era el momento para las taquicardias atléticas. Era necesario un gol para que el Calderón estallará y así fue. La euforia se adueñó de un estadio que busca el fútbol de emoción. Y con esa emoción, la chulería merengue quedó tocada. Entre gritos de “Atleti, Atleti” los colchoneros despedimos a los nuestros que a punto estuvieron de llevarse la victoria.
Tras los noventa minutos de partido, de camino a casa hago mi balance personal. Del Calderón salí satisfecha, afónica y cardiaca. Hoy más que nunca, por todo esto puedo decir con la cabeza bien alta: “Soy del Atleti”.
Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
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Después de las malas épocas, sólo pueden venir cosas buenas. Y que mejor momento para olvidar los malos tiempos que el próximo domingo. Será en la Ribera del Manzanares donde el Atleti vuelva a brillar. La mejor motivación es, sin duda, ganar al eterno rival. Es cierto que el Real Madrid llega al derbi en un buen momento, pero habrá que bajarles los humos… ¿No?
Los indios responderán a la llamada de Simeone. Con coraje y corazón acudirán al Vicente Calderón para apoyar a los suyos dándolo todo. Ya están preparadas las camisetas, las bufandas, las banderas y lo más importante, el sentimiento rojiblanco ya está a flor de piel. Las últimas derrotas se escriben en pasado, por eso, ya sólo vale mirar al futuro. Hay que creer en uno mismo para alcanzar los sueños. Eso es ley de vida, al igual que hay que luchar para cumplirlos.
Y como sin lucha no hay victoria, habrá que pelear minuto a minuto para conquistar los tres puntos. Unos puntos muy importantes, no sólo para la clasificación, sino para el corazón. En la memoria colchonera están los cuatro goles que recibieron los merengues en su última visita. Eso saca en el rostro las mejores sonrisas rojiblancas. Y dado que es tan bueno sonreír, una victoria el domingo a las ocho y media es la mejor manera de terminar el fin de semana. Y, por supuesto, recibir el lunes con el sabor del triunfo.
Ya queda menos para disfrutar, vibrar y animar a los míos. Hoy más que nunca puedo decir, o mejor dicho, cantar: “Yo me voy al Manzanares, al estadio Vicente Calderón, donde acuden a millares, los que gustan del fútbol de emoción…” Y con la emoción y espíritu colchonero conduciré unos cuantos kilómetros para gritar a los cuatro vientos “Atleti, Atleti” y ver como a los blancos les sacan los colores. ¡Aúpa Atleti!
Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
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Dice la previsión meteorológica que mañana en la ribera del Manzanares el ambiente será de Champions, y la temperatura irá en aumento a medida que vaya entrando la noche. Y no es para menos. La visita del Real Madrid al Vicente Calderón no deja indiferente a nadie. En la mente de muchos está la final de Lisboa. Presumen de esa victoria pero… como la mejor defensa es un buen ataque, no hay que olvidar que los vikingos en su última visita al Calderón se llevaron de recuerdo cuatro goles…La memoria, sin duda, es selectiva y cada uno elige sus recuerdos… ¿O no?
Es el momento de hacer apuestas. Me imagino en el Olimpo de los Dioses a Neptuno y a Cibeles buscando aliados; en Madrid se miran de reojo y es que la que ha liado la diosa Fortuna ha sido buena. La Champions no suele defraudar y partidos como éste son una gran dosis de adrenalina. Ya están preparadas las pinturas, las bufandas, las banderas para vivir noventa minutos “intensamente” como diría Simeone. Los rojiblancos tienen las gargantas preparadas para animar a los suyos, del corazón es mejor no hablar porque el de los colchoneros no hay cardiólogo que lo entienda. Pero el sentimiento atlético nunca cambiará. Su afición gane, pierda o empate siempre está a su lado, pero en un partido ante su máximo rival, el aliciente es aún mayor. Apear de la Champions al Real Madrid siendo éste el vigente campeón es, de momento, un sueño; pero en una semana puede ser una realidad…. Que Neptuno vaya hablando con Morfeo para que el sueño acabe con un dulce despertar rojiblanco.
Todavía quedan ciento ochenta minutos de pasión, de tensión y de buen fútbol. No es el momento para fumar la pipa de la paz. Sólo el mejor estará en las semifinales. La Champions tiene muchas deudas con el Atleti. Tarde o temprano las saldará. De momento, los rojiblancos lucharán “con coraje y corazón”. Ese corazón que gracias al influjo de Venus está enamorado de sus colores desde el día que comenzó a palpitar. Por no olvidar de la fuerza que Ares les debe enviar desde el Olimpo. Cada minuto hay que pelearlo, los errores se pagan caros. El billete a la semifinal busca dueño y ni Zeus sabe a quien tendrá que consolar. Pero seguro que en Concha Espina es bien recibido. A estas alturas, la tribu india lo tiene claro, sólo vale: Ganar, ganar y volver a ganar. Y si es al Real Madrid…¿Qué más se puede pedir?
Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
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Es el día del cine español. La noche de los Goya. Y por la tarde un partido de película. A estas alturas, está claro que los premios al mejor director, mejor guión, mejor interpretación y, por supuesto, mejor banda sonora son para el Atlético de Madrid. Y si alguien lo duda, que piense en Tiago, Saúl, Griezmann y Mandzukic. Han sido los cuatro fantásticos que han enrojecido al equipo blanco.
Ni peligro, ni fuerza, ni juego y por supuesto, ni el gol de la honra ha conseguido marcar el Real Madrid. Serán el mejor equipo del mundo pero parece que tanto descanso no les viene bien. Se consuelan hablando de los números al final de la temporada. Pero el futuro es incierto, y el presente, me dice que dos más dos son cuatro. Y tres, los puntos que hoy han perdido ante su eterno rival. Eso matemáticamente hablando, porque la imagen de las caras merengues serán para los colchoneros muy difíciles de olvidar. La historia del Madrid hoy se ha escrito en rojiblanco, y ya llevan varios capítulos así y seguro que vendrán más.
El temporal de frío y nieve que ha azotado España está lejos de remitir en Concha Espina. Los merengues se han marchado helados de la ribera del Manzanares, y eso, que el ambiente no podía estar mas caldeado. Los indios habían encendido todas sus hogueras y no, precisamente, para fumar la pipa de la paz. Pero sí para proclamar, que casualidad, a los cuatro vientos que el Real Madrid había sido goleado.
Volviendo al cine, la de hoy no era una película entre indios y vaqueros. En frente estaban unos vikingos a los que ya les han descubierto su talón de Aquiles. Sin duda, cuatro bodas y un funeral. Si hablamos de cine español, ya que es su noche, y pensando siempre en el cuatro. Esos fueron los Goyas que se llevó “El Bola” y, precisamente, “ a su bola” andan por la casa banca. La película ya ha terminado. No pone “The End” ni “Fin” sino Tiago, Saúl, Griezmann y Mandzukic…¿Por qué será?…
Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
Publicado en Actualidad, Deporte
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