Corriendo por la donación de médula

Esperé más de un mes para que llegara el día, y ya ha pasado una semana desde que me pusiera la camiseta naranja y recorriera los diez kilómetros que transcurrían por Cardeñadijo a favor de la donación de médula. El 14 de abril fue un día especial, un día de muchos recuerdos, en definitiva, un día en el que mis sentimientos estaban a flor de piel; igual que el día que conocí a las impulsoras de esta carrera. Unas mujeres luchadoras, positivas y llenas de energía para hacer todo lo que sea posible por fomentar la donación de médula en Burgos.

A día de hoy, no hay ninguna duda de que trabajaron mucho para que el evento fuera un éxito. Se rodearon de excelentes voluntarios para formar un equipo que estaba encaminado a la gloria. Las medallas que nos colgamos los participantes eran el premio por cumplir con los kilómetros, pero la verdadera medalla se la llevaron todos los que pusieron su granito de arena para que nada fallara. El aplauso, las felicitaciones  y los abrazos no pararon hasta el final.

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Momentos Aún tengo la vida en Cardeñadijo

Si hablamos de abrazos, todos los que recibí ese día fueron los mejores impulsores para llenarme de energía a la hora de dar voz a la importancia de donar médula. Me adentré en la etapa más dura de mi vida, pero también la que más me ha enseñado a disfrutar cada instante, a valorar las pequeñas cosas, en definitiva, a vivir sin ponerle ningún pero a la vida. De lo malo hay que quedarse con lo mejor. Reconozco que en el dos mil seis, mi mundo dio un giro de trescientos sesenta grados, pero afirmo que no me alegraré de haber tenido un cáncer pero sí de todo lo que me ha enseñado. Y en esas enseñanzas está la generosidad de ese joven alemán que me regaló parte de su médula y a quien estaré eternamente agradecida. Como también agradecí, de corazón, a la Asociación la sorpresa que me tenían preparada. Fue un momento de esos que ya puedo etiquetar con mi hashtag personal: Aún tengo la vida. Y gracias a mi donante voy a cumplir trece años llenos de experiencias, de amigos nuevos, de sueños cumplidos y de grandes momentos como la I Carrera Solidaria Dona Médula. En ese escenario se respiraban muchos sentimientos. La ilusión lo inundaba todo y mis palabras solo reflejaban lo importante que es que un médico te diga: “Tienes un donante de médula compatible”. Creedme que eso lo cambia todo y por eso, las más de cuatrocientas personas que allí estuvimos teñimos Cardenadijo de color naranja.

Ahora es el momento de ver las fotos que nos sacan una sonrisa en la cara y de comenzar la cuenta atrás, porque tenemos ganas de volver a correr por la donación de médula. Sé que la Asociación no nos va a fallar. Chicas, hay que ponerse manos a la obra y ya sabéis que si vosotras me decís ven, lo dejo todo.

Gracias.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

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Algo más que la Magdalena

Se escucha el sonido de la rutina. Los petardos han dejado de explotar, el olor a pólvora ya no está en Castellón sino en Valencia. La Magdalena del 2015 se ha apagado. Nada dura eternamente pero en el recuerdo de todos están las experiencias vividas. Esas sí son para siempre. De poco sirve lamentarse, la cuenta atrás ha comenzado y ya queda un día menos para que llegue la del año que viene.

La primera mascletá fue, para muchos, el pistoletazo de salida a unos días de pura celebración. Ya se sabe que la Magdalena es “Festa plena”. La energía era la gran aliada de todos pero nueve días a tope son muchos y, claro está, los cuerpos se resienten. Eso sí, a estas alturas lo más propio es decir: “Que me quiten lo bailao”.

Y de bailes están llenos mis recuerdos. Unos consiguieron acercarme hasta España a los amigos que tengo lejos y otros han creado en mi memoria un archivo que será muy difícil de destruir. En todo caso, su actualización será dentro de un año aproximadamente. De eso, seguro que se encargan grandes amigas. Y es que la felicidad en la sonrisa de Jessi y el entusiasmo y positividad de Arantxa me han recordado que “la amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad” como ya dijo, con mucha razón, el filósofo Francis Bacon. Si los amigos son la familia que escogemos, la mía va creciendo poco a poco. NoImagen 7 importa la cantidad sino la calidad. Extraño a los que están en tierras mexicanas. Y aunque muchos creen que la distancia es el olvido, no es así; porque si la amistad es verdadera, no hay kilómetros suficientes que puedan separar a los grandes amigos. Toma nota, Patricia. La tecnología ayuda mucho. Tanto es así que no hay nadie que con móvil no haya grabado o fotografiado los momentos irrepetibles y los haya enviado por whatsapp. En mi móvil no hay gigas para nada más.

Ahora es el momento de procesar y llenar el álbum que he creado. Estoy segura que no va a ser complicado: Los castillos de fuego que he grabado serán la imagen del recuerdo, la banda sonora será hispano-alemana, ya que no ha habido ningún día que no haya escuchado y bailado el baile del serrucho y el helicóptero alemán. Pero sin duda, en cada instantánea me acompaña una gran persona. Y es que el nombre propio de está Magdalena es: Arantxa. Y si de bien nacidos es ser agradecidos…Ya sólo puedo decir: Gracias.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

 

 

 

 

 

 

 

Una sonrisa colchonera

foto camisetaLa hora, la de siempre. El sentimiento, más intenso. Mis colores: los rojiblancos. Todo apuntaba a que el partido de la Champions iba a ser emocionante, pero lo fue aún más estando tan lejos de la ribera del Manzanares. Nunca había seguido a mi equipo a miles de kilómetros y aunque ahora dicen que no hay distancias…Es precisamente la distancia la responsable de mostrar los sentimientos a flor de piel. La sensibilidad envuelve cada kilómetro que nos separa de aquello que añoramos. Ayer fue el Atleti, pero hay muchas más cosas: La casa, la comida, el gimnasio…

Si hay algo que los kilómetros hacen añorar son los amigos. Aquellos con los que has compartido grandes momentos de tu vida. Una buena amistad no es fácil de romper y ayer durante los noventa minutos del partido de mi Atleti no me sentí sola. La afición colchonera estaba conmigo. Mis amigas más indias fueron compartiendo conmigo cada  gol, cada falta, cada córner… Me emocionaba pensar que los colchoneros iban con paso firme a los cuartos de la Liga de Campeones, pero me emocionaba, más aún, sentir tan cerca a Eugenia, Marisa, Elsa, Rosa… Y, por supuesto, a mi familia.

Sé que hay muchos colchoneros por el mundo. Hace una semana que me uní a este club. Si mi equipo va “partido a partido”, yo voy “día a día”. Cada día aprendo algo, descubro algo nuevo y me emociono con algo. Ya he dicho que sentir nostalgia me hace recordar de dónde vengo y preguntarme a dónde voy. Con mi gente, la del otro lado del charco, me siento como en casa. Todos los días paso por lo que llamo familiarmente mi “Puerta de Alcalá”, mi “Parque del Retiro”. Eso me recuerda que la vida no permite ensayos ni repeticiones. Mi momento es aquí y ahora.

Seguiré vibrando como una colchonera más, buscaré mi “fuente de Neptuno”, por si acaso, recordaré las mejores experiencias, añoraré a los míos pero nunca me olvidaré…de sonreír a la vida.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)