En lo de sufrir, el Atleti es un campeón

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En la Champions todo es posible y si juega el Atleti aún más. Los rojiblancos, arropados por miles de corazones a punto de infartar, no decepcionaron. Tenían que igualar la eliminatoria. Sólo necesitaban un gol. Simeone pidió a los colchoneros que se dejaran la voz en la ribera del Manzanares. Y si lo dice “El Cholo”, el Calderón responde. Apenas se pudo escuchar el himno de la Champions. Y es que los alemanes fueron recibidos al grito de “Atleti, Atleti”. En lo de animar no hay quien iguale a los indios. Fueron ciento veinte minutos de pura adrenalina. Pero no fue suficiente, hubo penaltis y hasta el quinto tuvo que esperar el Atlético de Madrid para estar el viernes en el sorteo de cuartos.

Bajo la atenta mirada desde el palco de Pep Guardiola y Julen Lopetegui comenzó un partido que garantizaba , a priori, la emoción. Porque las sorpresas llegan cuando menos te lo esperas. El Atlético, muy nervioso, no transmitió miedo en el arranque. Si bien es cierto, en noventa minutos pueden pasar muchas cosas pero cuando el marcador está en contra hay que ir a por todas. Pero apenas hubo ocasiones. Y no fue un gol la primera “sorpresa” o mejor dicho “contratiempo” para los de Simeone. En el veintitrés, el portero de los rojiblancos, Moyá, pidió el cambio por lesión. Pero ya se sabe que siempre hay “una de cal y otra de arena” porque cuatro minutos después, Mario Suárez hizo el ansiado gol rojiblanco. Gracias al zurdazo del canterano, el Atlético de Madrid empató la eliminatoria, la afición estalló en el estadio y el pase a cuartos estaba más cerca, pero las pulsaciones fueron en aumento. En el treinta y uno, la tuvo Mandzukic pero se quedó, simplemente, en una clara ocasión. Poco quedaba de la primera mitad y no hubo más goles pero sí otro susto con los de Simeone. Mandzukic, a dos minutos para el descanso, parecía lesionado. De hecho, se fue al túnel de vestuarios cojeando. El interrogante sobre su continuidad tuvo su respuesta quince minutos después.

El nueve rojiblanco siguió sin problemas. Entró Raúl García por Cani. Pero el objetivo era el mismo: Sentenciar el partido. El Atleti comenzó con fuerza. Llegaban a la portería pero el balón no entraba. En el cronómetro los minutos pasaban y las pulsaciones se disparaban. Pero poco importaba el ritmo cardiaco porque lo fundamental era estar en el sorteo del próximo viernes. En el ochenta y ocho, Simeone, en estado puro, salió a pedir un último esfuerzo a la afición. Cambió a Mandzukic por Torres aunque por la mente de todos rondaba una única palabra: Prórroga.les-joueurs-de-l-atletico-madrid-fetent-leur-qualification-pour-les-quarts-de-finale-de-la-ligue-des-champions-obtenue-face-au-bayer-leverkusen-le-17-mars-2015-a-madrid_5303297

Treinta minutos más de tensión. Los corazones rojiblancos a punto de infartar pero los colchoneros sabemos sufrir y de qué manera. Y eso que desconocían lo que les esperaba. La prórroga regaló ocasiones a sendos equipos pero ningún gol. Y con el empate a uno en el marcador global, los penaltis tuvieron la última palabra. Era el momento de aliarse con la diosa Fortuna. Todo o nada. Y el todo se lo llevó el Atleti. El fallo de Kiessling en el quinto disparo hizo estallar a un Vicente Calderón que rozaba el estado de shock. Y la mejor reanimación, sin duda, es estar en cuartos. Los colchoneros saben muy bien que “ser campeón no es una meta, es una actitud”. Y lo de ayer, una demostración.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

Brasil pasa, pero con apuros

brasil bandera

El ambiente: Espectacular. La afición: Entregada. Los corazones: Acelerados. Y de penalti se clasificaron los brasileños a los cuartos del mundial. La desolación de los chilenos no es para menos. Es la cuarta vez en su historia que los cariocas les privan de seguir soñando con la copa. Lucharon, demostraron su gran juego pero ya se sabe como es el fútbol. La pena máxima sentenció el encuentro del lado de los anfitriones.

Tras los himnos y el pitido inicial comenzaba en el Estadio Mineirao un partido con mucha intensidad. En poco más de un minuto se vieron las tres primeras faltas del encuentro. Sendos equipos sabían que no podían relajarse porque los errores podían costar muy caros. Poco tardaron los de Scolari en inaugurar el marcador y hacer estallar a su afición. En el dieciocho, David Luiz remató un tiro de esquina. Quedaban muchos minutos por disputar y la ventaja de la canarinha no amedrentó a los de Sampaoli. “La Roja” se quitó los complejos con los que había saltado al terreno de juego, se olvidaron de los nervios y mostraron su calidad.

Una calidad que se vio reflejada en el treinta y dos con el gol de Alexis. Un claro error de la defensa brasileña que empataba un partido que llegaría a ser de infarto. Ocasiones no les faltaron a ninguno pero llegó el minuto cuarenta y cinco y todos al vestuario…

El uno a uno del marcador de poco servía. Quedaba una segunda mitad en la que la tensión y los nervios iban en aumento. Eso sí, el partido no tenía desperdicio. Para muchos, Brasil llevaba el cartel de favorita pero Chile dejaba claro lo bien que presiona. Oportunidades hubo y de no ser por las paradas de Julio César y de Bravo se hubiesen visto más goles. Si se vio otro gol que no subió al marcador por mano de Hulk. Nada había cambiado a los noventa minutos reglamentarios.

Si a la calidad de los equipos le añadimos que la eliminatoria es a partido único, está claro que es posible que se llegue a la prórroga y los penaltis en más de una ocasión. De momento, los brasileños y chilenos tenían treinta minutos más para sentenciar el partido. Y los aficionados media hora más para deleitarse con el juego de estos dos combinados. Pero de poco sirvió el tiempo extra porque fueron los penaltis los que sellaron el pase a cuartos para los anfitriones. El error de Jara en el quinto penal provocó lágrimas de alegría para unos y de tristeza para otros. Justo o no, el fútbol es así.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)