13 DE JUNIO

Avisados estábamos y el presente ha confirmado que estamos pasando mucho calor para la época del año en la que nos encontramos. La primera ola de calor ha llegado para hacernos sudar la gota gorda, como suele decirse. Menos mal que llevamos años siendo resilientes y ahora, que el termómetro se ha desatado también hay que saber adaptarse a las circunstancias. De poco sirve quejarse ante algo que no está en nuestras manos. Llevarlo lo mejor posible es nuestra mejor opción. El tiempo pasa y con él esta ola. Eso sí, no hay que olvidar que el verano está a la vuelta de la esquina y con él llegará, lógicamente, el calor. No vaya a ser que haya alguien que se sorprenda.

Sorpresas te da la vida continuamente. Las inesperadas si son buenas son fáciles de llevar, pero cuando no son así es normal que se nos atraganten. La perspectiva con la que afrontamos las distintas situaciones depende de nosotros mismos. Saberlo gestionar mentalmente es vital, porque es ahí donde radica nuestra fuerza más importante. Mucho se está hablando de ella últimamente y aunque ésta haya pasado desapercibida durante mucho tiempo, nunca es tarde para remediar ese vacío. 

Un vacío que hay que cuidar a diario y siempre habrá un día especial que recargue esa fuerza a niveles muy altos. A veces, el pasado, al que dicen que no hay que mirar, también ayuda. Algo así me pasa a mí cada 13 de junio. Ayer no fue un día cualquiera. Ayer fue el día en el que recibí la noticia más importante de mi vida y, por eso, ese recuerdo cargado de alegría es una fuente insaciable de optimismo, que cada año viene a mi mente para recordarme que ser feliz es lo que cuenta y que soy fuerte porque la vida me enseñó la fuerza que hay en mí. Cuando te dicen: “Tienes un donante de médula compatible”, todo cambia. El guion da un giro de ciento ochenta grados cargado de esperanza y agradeciendo a quien ha hecho posible todo eso. La generosidad abandera esa frase que anhelas escuchar cuando estás haciendo frente, como fue mi caso, a una leucemia. ¡Bendita frase! Y ¡Bendito donante! 

Los problemas son menos problemas cuando el contexto cambia. Quizás una ola de calor no sea para tanto y mucho menos después de todo lo que llevamos superando en los últimos dos años. El pasado está ahí por algo y aunque no hay que vivir anclado a él, si éste es una fuente que nos llena de vitalidad no hay ningún motivo para renunciar a él. Cada de 13 junio, mi mente regresa a esa habitación del hospital, a esa hora y momento en el que todo cambió. He podido olvidar muchas cosas de aquella época porque la mente es selectiva, pero aquel martes y trece está grabado a fuego en mi mente, en mi corazón y en mi sangre. Ayer recordé como estaba hace dieciséis años y como estoy hoy en día. Recuperar las riendas de mi vida era lo que más anhelaba y ahora deseo cumplir los sueños que me quitan el sueño. 

Y llegados hasta aquí, con calor o sin él, sólo puedo recordar al escritor y médico irlandés, Goldsmith cuando dijo: “El mayor espectáculo es un hombre esforzado luchando contra la adversidad; pero hay otro aún más grande: ver a otro hombre lanzarse en su ayuda”. Ahí lo dejo…

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

Enlace en El Valle (México): https://elvalle.com.mx/columnas-y-opinion/story/34469/13-de-junio

13 de junio: No es un día cualquiera

Cada día es único e irrepetible, pero hay días y días. Los aniversarios están para celebrarlos y más aún cuando es una fecha que marcó un antes y un después. Es verdad que el número trece tiene muchos detractores porque las supersticiones siempre están ahí. Confieso que nunca creí en ellas y después de aquel trece de junio aún menos. Es más, era martes y trece y se cumplen, precisamente, trece años desde que escuché a mi hematóloga decir: “Jimena, tienes un donante de médula compatible”. Llevaba meses soñando con ese momento. Me imaginaba cómo sería y llegó cuando menos me lo esperaba. Recuerdo aquel día perfectamente. Aquella habitación del hospital, aquella cama y lo más importante, la cara de mi madre llena de emoción al escuchar a mi doctora pronunciar esas palabras. Esos abrazos serán inolvidables porque en el ambiente, a pesar de mi situación, se respiraba felicidad, se respiraba alegría, se palpaba la emoción. Son recuerdos que eternamente me pondrán la carne de gallina. Son recuerdos cargados de sentimientos y éstos siempre llegan al corazón.

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Aún tengo la vida

Ahí todo cambió. Ese sueño se había convertido en realidad. El día del trasplante estaba más cerca y el principio del fin tenía una fecha señalada. ¿Es o no es motivo para celebrar cada año el 13 de junio?

Dicen que mirar al pasado no es bueno, hay días que sí lo es. Porque hoy no es un día cualquiera. Hoy recuerdo cómo estaba y cómo estoy hoy en día. Hoy recibí la mejor noticia que me han dado en la vida. Hoy me llené de más fuerza para superar esa leucemia que había tomado las riendas de mi vida. Hoy todo se tiñó de Color Esperanza. Hoy me siento afortunada. Hoy supe que alguien me iba a hacer el mejor regalo, me iba a regalar vida. Hoy no es un día más, es un día marcado en mi calendario personal. Hoy es un día de fuerza, de alegría, de esperanza, de emoción, de valentía… a pesar de que tenía miedo al trasplante como es lógico. Lo desconocido siempre abruma, pero hoy descubrí en qué miedo aprendí a ser valiente. Hoy afronté la recta final de la quimioterapia acompañada de los mejores aliados: mi familia, mis amigos, mis doctoras y, por supuesto, mi donante. Hoy aprendí que la unión hace la fuerza, que sin lucha no hay victoria. Hoy puedo brindar por la vida, por los sueños cumplidos, por la generosidad de mi donante, en definitiva, por todo lo vivido hasta aquí. Hoy es trece de junio y aunque no sea martes, es un día que no se olvida. Es un día para celebrar.

Hoy brindaré por todo ello, pero sobre todo, me acordaré de ese joven alemán que me donó médula. Como veis, ser donante de médula es importante, y creedme, que los que están esperando recibir la misma noticia que yo, anhelan escuchar las palabras que lo cambian todo. Porque al escuchar “tienes un donante de médula compatible”, el corazón bombea más deprisa y es, en ese momento, cuando descubres en ti la verdadera fuerza de vida.

Y antes de irme a celebrar el trece de junio, os animo a que os hagáis donantes de médula. No es mucho pedir, pero quizás podáis ser el mejor regalo de alguien…

Yo, aún tengo la vida.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)