Alemania en su máxima expresión

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Pueden ser de rabia, de cocodrilo, de emoción, de alegría, de cansancio…Pero las que se vieron en Belo Horizonte son las lágrimas de la derrota en su máxima expresión: Lágrimas de humillación…Y es que no fue precisamente bello el horizonte que contemplaban los brasileños…Las derrotas siempre duelen pero las formas de perder duelen aún más. En casa, en su mundial…En fin, no hay mal que por bien no venga…Lo del Maracanazo ya no es su peor pesadilla. No sé como se dice pesadilla en portugués pero sí cual son sus sinónimos: Müller, Klose, Kroos, Khedira y Schürrle.

Se esperaba una semifinal emocionante. Entre las dos selecciones sumaban ocho estrellas mundialistas y, exactamente, ocho fueron los goles que se vieron. Eso sí, los siete primeros los recibieron los brasileños. Ni Julio César puedo frenar a los bávaros. La Mannschaft se convirtió en un máquina de hacer goles. Tanto es así que en treinta minutos ya había marcado cinco goles a una Brasil que se que quedaba muy lejos de las expectativas marcadas. La afición local no daba crédito a lo que veía ni tampoco los millones de espectadores que contemplaban el partido en directo. No hay que olvidar que esta humillación fue, dada la redundancia, vista mundialmente. Ya nadie se acuerda del resto de sorpresas que ha dejado Brasil 2014; en el recuerdo de todos estará el ya conocido “Mineirazo”.

Es cierto que “es imposible ganar sin que otro pierda” como dijo el poeta romano, Publio Siro. Pero cuando la derrota toca de lleno el orgullo del perdedor es mucho más dolorosa. Ahora en Brasil, se buscan responsables de lo sucedido. Todas las miradas apuntan a un mismo hombre: Scolari. Está claro que él asumirá la culpa pero…¿por qué si se gana la responsabilidad es de todos y si se pierde es sólo de uno?…Ahí queda eso…

Por animar un poco a los brasileños, me vienen a la mente las palabras de Saramago: “La derrota tiene algo positivo: nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo: jamás es definitiva”. Así que, otra vez será. De momento, ya todo el mundo sabe contar, al menos, hasta siete en alemán. Los chistes y bromas con el resultado se multiplican por momentos. La afición alemana disfruta de la victoria como se merece. Han hecho historia y es normal que quieran celebrarlo. Están a noventa minutos de la copa…Es el momento de no rendirse.

La vida te da muchas lecciones. Ya sea dentro de un hospital, en la calle o en un campo de futbol. Ya se sabe que sin lucha no hay victoria aunque ayer en Mineirao nos enseñó algo que muchos olvidan: La humildad. Alemania ganó pero su actitud fue más que una lección. Dijo Jacinto Benavente: “En la pelea, se conoce al soldado; sólo en la victoria, se conoce al caballero”. Ahí lo dejo…

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

México resiste ante el anfitrión

brasil mexico

El escenario: El Estadio Castelao. Los protagonistas: México y Brasil. La hora: Las dos de la tarde…Y los nervios a flor de piel. Con el buen sabor de boca del debut ante Camerún y convencidos de que podían ganar al anfitrión, los mexicanos saltaron al terreno de juego con seguridad y mucha motivación. Ya se sabe que la actitud lo es todo.

Pero no sólo en el campo, sino también en las gradas. Los aficionados del Tri tardaron poco en entonar un “Cielito Lindo” que, sin duda, se podía convertir en la banda sonara de los suyos. Animaban a su selección porque eran conscientes de lo importante que era conseguir los tres puntos. Se sufrió mucho; más en la segunda mitad. Los corazones casi infartando pero no hubo suerte. El marcador no se estrenó pero el punto conseguido seguro que a más de uno le sabe a victoria. México continua su andadura en el mundial, y lo puede hacer, con la cabeza muy alta.

Comenzó el encuentro como todos los demás. Primero los himnos, después el saludo y el pitido inicial. En la mente de más de uno rondaban las polémicas arbitrales que marcaron los primeros encuentros de este mundial, pero no hay que pensar en ello. Lo importante era disfrutar del juego. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos se vio a dos selecciones con ganas. México tuvo un buen inicio y ya se veía venir que los anfitriones no lo iban a tener fácil. Ocasiones tuvieron los dos pero el gol no llegaba. Lo que llegó fue el descanso.  Si de “la canarinha” lo más destacado fue Neymar, sin dudarlo, del Tri lo fue Ochoa.

Pintaban bien las cosas para los de Herrera, pero merecían más. La segunda mitad se presentaba intensa y no defraudó a nadie. Según pasaban los minutos, la tensión se fue apoderando de todos: De los jugadores, de los entrenadores y, por supuesto, de los aficionados dentro y fuera del estadio. Los gritos no cesaron y las ocasiones de gol tampoco pero ni cariocas ni mexicanos lograron su objetivo. El marcador seguía mostrando un cero a cero que reparte un punto a cada uno. Eso sí, lo vivido hoy no será fácil de olvidar…

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)