LA OBSESIÓN DE DAR LECCIONES

Es curioso como conviven Halloween y la Navidad en los supermercados. Dicen que hay que vivir el presente, pero a veces, éste se acelera y nosotros con él. La vida son ese conjunto de historias que vamos escribiendo día a día. Quizás, por eso, vea lejos en el calendario el día de Halloween y mucho más la Navidad. Queda una semana por delante, y en siete días hay muchos momentos por disfrutar. 

Reconozco que lo de Halloween lo respeto, pero la tradición marca el inicio de noviembre con sabor a buñuelos o huesos de santo y la historia de Don Juan Tenorio. Quizás, para vivir un “Halloween” de verdad haya que estar donde el “truco o trato” esté más arraigado. Es cierto que nos gusta celebrar las fiestas, pero también tenemos que valorar más nuestra propia cultura y dejar de buscar fuera lo que nunca hemos tenido marcado en el calendario. 

Evidentemente, los tiempos cambian y con él las modas, pero éstas, muchas veces, se están llevando por delante la esencia con la que muchos han crecido a lo largo de los años. Eso también es cultura y, por supuesto, tiene un valor inalcanzable. Adaptarse y evolucionar está bien, pero no hay que obsesionarse dando lecciones de moral. Los principios básicos de la vida los tendríamos que tener todos, pero de ahí a imponer opiniones hay un trecho. 

No concibo que me impongan unas ideas que no comparto porque haya que pensar de determinada manera. Cada uno es como es, y en cuestión de opiniones, basadas en lecciones de moral matizadas por lo políticamente correcto, hay quienes nos resistimos a ceder nuestros principios dejando atrás el que dirán. 

Desde niña está entre mis canciones favoritas “A quién le importa” de Alaska y con el paso de los años su letra y la vida me han ido definiendo. Dijo Winston Churchill:“Personalmente siempre estoy dispuesto a aprender, aunque no siempre me gusta que me den lecciones”, tiene toda la razón. Quizás, los que dan lecciones antes tengan que aprender algo básico que es el respeto. Sin duda, aplaudo la reacción de David Summers ante lo sucedido con otro clásico de la música. Los que se ofenden por todo sin contextualizar viven en una eterna lucha de ideas, porque lo que hoy consideran correcto puede dejar de serlo más pronto que tarde. La cultura del pasado está llena de ejemplos que a muchos les pueden ofender, pero hay que ser conscientes de lo que estos ejemplos representan. 

El presente es hoy y se convierte en pasado en un abrir y cerrar de ojos. Por eso, aquellos que dan lecciones de vivir la vida tienen, sin duda, que dejar que cada uno disfrute de la suya y haga con ella lo quiera, porque somos dueños de nuestra propia historia y la escribimos como queremos y la pondremos la banda sonora que más nos plazca. En definitiva, estamos aquí para pasarlo bien, como canta mi querido David Summers.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

Enlace en El Valle (México): https://elvalle.com.mx/columnas-y-opinion/story/38745/la-obsesion-de-dar-lecciones

Una buena dosis de radio

Siempre hay un motivo para sonreír incluso cuando no encuentras las razones para ello. No es fácil pensar que tus planes son solamente eso, planes, porque la vida o el destino son los responsables de que se cumplan o de que se trunquen. Saber aceptar esos reveses suele costar un poco. Negarse a admitir que no todo está en tus manos es complicado, porque, si bien es cierto, somos los autores de la historia de nuestra vida pero no siempre los capítulos están escritos de puño y letra. Cuando la vida es la que nos dicta un capítulo sólo nos queda afrontar esa historia de principio a fin.

IMG_6041Y digo esto porque cuando estoy a unos meses de cumplir una década de la segunda oportunidad que me ha dado la vida, ha sido ella la que me ha reencontrado, precisamente, con alguien que estuvo en los comienzos de mi pelea por la supervivencia. Y como ya he dicho que el destino es caprichoso, no podía haber elegido mejor escenario que los micrófonos de una radio. El periodismo fue uno de los motores que me ayudó a conquistar la victoria. En el hospital acabé mi carrera universitaria pero allí comenzó la que es, sin duda, mi carrera por recuperar las riendas de mi vida, y entre ellas está, lógicamente, sentir la adrenalina que el periodismo llega implícito en su nombre. Porque la receta de la felicidad no está escrita, cada uno tiene su fórmula maestra, la mía la voy teniendo cada vez más clara, aunque es verdad, que siempre hay algún ingrediente que falta, pero eso es lo de menos. Lo importante es cocinar bien cada momento.

Y si de momentos hablamos, el del sábado con Paco Serrano no pudo estar cargado de más sentimientos. Diez años más o menos habían pasado desde que nos vimos la última vez. Yo iba a La Alacena para hablar de viajes, concretamente, de la tierra que grandes recuerdos me trae. Pero México cedió su protagonismo ante la que fue mi carta de presentación ante Paco. La leucemia marcó nuestro primer encuentro y sin saber cómo se iba a escribir esta dura batalla, él se unió a ella. Así que, era justo que disfrutáramos del sabor de la victoria. Fue una conversación cargada de recuerdos, de experiencias pero sobre todo, de optimismo. Porque si algo he aprendido es a quedarme con las cosas buenas incluso cuando la adversidad te rodea. En esos minutos de radio, con el corazón sintiendo las cicatrices, suspirando y con las mente llena de recuerdos recargué mis baterías periodísticas porque sé que he nacido para esto. Es más, este es uno de los motivos por los que sonrío a diario porque sin duda mi motor en cada amanecer es que Aún tengo la vida.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

 El audio del sábado 5 de marzo de 2016: http://www.ivoox.com/jimena-entrevista-personal-audios-mp3_rf_10765266_1.html