Siempre hay un motivo para sonreír incluso cuando no encuentras las razones para ello. No es fácil pensar que tus planes son solamente eso, planes, porque la vida o el destino son los responsables de que se cumplan o de que se trunquen. Saber aceptar esos reveses suele costar un poco. Negarse a admitir que no todo está en tus manos es complicado, porque, si bien es cierto, somos los autores de la historia de nuestra vida pero no siempre los capítulos están escritos de puño y letra. Cuando la vida es la que nos dicta un capítulo sólo nos queda afrontar esa historia de principio a fin.
Y digo esto porque cuando estoy a unos meses de cumplir una década de la segunda oportunidad que me ha dado la vida, ha sido ella la que me ha reencontrado, precisamente, con alguien que estuvo en los comienzos de mi pelea por la supervivencia. Y como ya he dicho que el destino es caprichoso, no podía haber elegido mejor escenario que los micrófonos de una radio. El periodismo fue uno de los motores que me ayudó a conquistar la victoria. En el hospital acabé mi carrera universitaria pero allí comenzó la que es, sin duda, mi carrera por recuperar las riendas de mi vida, y entre ellas está, lógicamente, sentir la adrenalina que el periodismo llega implícito en su nombre. Porque la receta de la felicidad no está escrita, cada uno tiene su fórmula maestra, la mía la voy teniendo cada vez más clara, aunque es verdad, que siempre hay algún ingrediente que falta, pero eso es lo de menos. Lo importante es cocinar bien cada momento.
Y si de momentos hablamos, el del sábado con Paco Serrano no pudo estar cargado de más sentimientos. Diez años más o menos habían pasado desde que nos vimos la última vez. Yo iba a La Alacena para hablar de viajes, concretamente, de la tierra que grandes recuerdos me trae. Pero México cedió su protagonismo ante la que fue mi carta de presentación ante Paco. La leucemia marcó nuestro primer encuentro y sin saber cómo se iba a escribir esta dura batalla, él se unió a ella. Así que, era justo que disfrutáramos del sabor de la victoria. Fue una conversación cargada de recuerdos, de experiencias pero sobre todo, de optimismo. Porque si algo he aprendido es a quedarme con las cosas buenas incluso cuando la adversidad te rodea. En esos minutos de radio, con el corazón sintiendo las cicatrices, suspirando y con las mente llena de recuerdos recargué mis baterías periodísticas porque sé que he nacido para esto. Es más, este es uno de los motivos por los que sonrío a diario porque sin duda mi motor en cada amanecer es que Aún tengo la vida.
Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
El audio del sábado 5 de marzo de 2016: http://www.ivoox.com/jimena-entrevista-personal-audios-mp3_rf_10765266_1.html
Buena suerte, Jimena en esta andadura viajera.
Un abrazo.
Gracias!! Una buena inyección de moral
Mucha suerte. Que sorpresa. Que te vaya todo muy bien. Besos
Solo queda decir ante este gran post: «Caminante, no hay camino, se hace camino al andar, al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar…» en este caso se pisa pero con orgullo de haberla superado.
Muchas gracias por tus palabras
Jimena. Enhorabuena por este artículo. Todos tus artículos son unas veces interesantes, otras amenos , otras entretenidos , otras llenos de sensibilidad. Ëste , desde mi punto de vista , el mejor. Y no se quedará aquí. Enhorabuena.
Felicidades, felicidades…felicidad!
Es lo que mereces Jimena, es la reciprocidad de la vida que te compensa, recuerda que en este continente también sembraste y algún día cosecharás! no te desconectes de tu «México lindo y querido»
Con cariño y admiración.
Imposible desconectarme de México con lo que quiero a ese país. Yo quiero » volver, volver»…