Decía William Shakespeare que “el destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos”. Decidir la mejor jugada no es fácil, puedes ganar o puedes perder la partida, pero eso, nadie lo puede saber hasta que no se juega. Lo único seguro es que, al menos, ganas una experiencia más. Afortunadamente, de todo se aprende en esta vida.
En su día decidí jugar. Aposté por tierras mexicanas, y de momento, experiencias estoy ganando muchas. Desde luego, este mes de abril está siendo para no olvidar. Ver la luna roja no es normal, es algo extraordinario; como extraordinaria fue la granizada que cayó hace apenas unos días en la capital. Ambos hechos fueron noticia. Pero tampoco como para llenar páginas y páginas de periódicos. Esas páginas estaban reservadas para elogiar a un gran periodista y escritor: Gabriel García Márquez dejaba huérfanas a las letras. México se entristeció por la pérdida de “Gabo”. De nuevo, otra experiencia que quedará grabada en el archivo de mi memoria mexicana. Recuerdo la primera vez que leí Cien años de soledad. No sería justo decir que me gustó porque me fascinó. Hay muchas cosas que se le pueden agradecer al que fue Premio Nobel de Literatura, de todas ellas, y como periodista que soy, hoy resalto citas como: “El periodismo es el mejor oficio del mundo” o “La mejor noticia no es siempre la que se da primero, sino muchas veces la que se da mejor”.
Todavía se lloraba en México la muerte del escritor colombiano y nada hacía presagiar cómo nos íbamos a despertar el Viernes Santo. Recuerdo las palabras de otro gran escritor español, Miguel de Cervantes dijo: “Lo que el cielo tiene ordenado que suceda, no hay diligencia ni sabiduría humana que lo pueda prevenir”. Eran casi las nueve y media de la mañana cuando sentimos el temblor de la tierra. Un seísmo de ni más ni menos que siete grados nos hizo tambalear. Afortunadamente, poca desagracia sucedió para lo que podía haber sido. Otra experiencia más, desde luego. Pero en mi mente se despertaron recuerdos. Este terremoto es el segundo que vivo y, casualmente, el primero también fue en Semana Santa. ¿Destino, casualidad…? En el 2009, fue Italia la que tembló. Era lunes Santo y yo estaba allí…
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar” escribió Machado. Seguiré caminando, de momento, por tierras mexicanas. Ni el seísmo consiguió suspender la espectacular Pasión Viviente de Cristo de Iztapalapa. Asistieron más de un millón y medio de personas…Espectacular y escalofriante pasión…
No sé como será el camino, si las cartas que me toque jugar serán buenas o malas. De momento, tengo claro que “la vida es hermosa, y vivirla no es una casualidad”. Ahora lo escribo yo, en su día lo aseguró Albert Einstein. ¿Qué camino te atreves a andar? ¿Qué cartas te atreves a jugar?…Que cada quien decida…
Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
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