COMPANY

Siempre se puede encontrar un buen motivo para festejar en el día a día aquello que nos saca una sonrisa. Los pequeños momentos que tan desapercibidos pasan, pueden convertirse en esenciales y gracias a ellos nuestra memoria se llena de recuerdos con un valor incalculable. La vida va pasando y aunque es larga, el tiempo vuela. Ya estamos a mediados del mes de febrero y en estas fechas, como todos los años, llega el día de San Valentín. Una fecha señalada que tiene tantos detractores como fans. En cuestiones del amor no hay nada escrito y un claro ejemplo es la excelente obra que interpreta Antonio Banderas. Company va más allá de si es mejor vivir en pareja o solo, porque está cargada de grandes reflexiones con excepcionales interpretaciones. 

El teatro Albéniz de Madrid era el lugar de encuentro para vivir casi tres horas de un teatro musical que envuelve al público desde el primer momento. Ambientada en el Nueva York de los años 70, Bobby, a quien da vida Antonio Banderas, cumple años y su vida nada tiene que ver con la de sus amigos casados. Matrimonios de lo más dispares, pero que demuestran una realidad palpable en el presente. Con un guion cargado de toques de humor y grandes temas musicales, el elenco al completo consigue que el público acabe de pie y gritando “bravos” sin cesar. Tengo que reconocer que me sorprendió Antonio Banderas en su faceta de cantante. No me lo podía ni imaginar, pero hay que reconocer su enorme talento sobre las tablas. Insisto que sus compañeros de reparto son sublimes. Una experiencia digna de vivir y quizás llena de preguntas a las que cada persona pueda responder. La vida en pareja tiene, como todo, sus pros y sus contras y lo mismo sucede con la soltería, pero la capacidad de las personas para escribir su propia historia personal supera los límites establecidos. Quizás, en la semana en la que los corazones lo inundan todo, sea la obra perfecta para ver. Una pena que su paso por Madrid llegue a su fin, pero reconozco que fue un lujo disfrutar de este espectáculo.

La vida hay que vivirla solo o en pareja, pero hay que disfrutarla. Enamorarse de ella es muy fácil porque en las buenas y en las malas siempre tiene un mensaje para nosotros. Lógicamente, siempre será más fácil recordar las buenas, pero las lecciones de las malas son inolvidables. Aprendí a quedarme siempre con lo positivo porque estamos aquí de paso y ser feliz es lo que cuenta. Dijo Charles Chaplin que “la vida es una obra de teatro que no permite ensayos; por eso canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida…antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos”. Tengo claro que sin aplausos no me quiero quedar, por eso, intento escribir de mi puño y letra todas las experiencias que me llenan de vida y que ésta me brinda. Vivo de regalo y esa es mi mejor motivación para disfrutar del presente mirando de reojo al futuro, o como canta Antonio Banderas en Company, hay que “sentirse vivo”

Jimena Bañuelos

SKYLINE

Delante de la obra de Alberto Bañuelos Fournier emanan esos recuerdos que él quiere transmitir. Esos paisajes urbanos que atribuye a Nueva York y que, sin duda, te llevan hasta esta ciudad tan idílica. No obstante, la imaginación y los recuerdos de cada persona pueden trasladarte a cualquier parte del mundo porque como bien dice el escultor los recuerdos convertidos en imágenes se quedan a vivir en nuestra memoria y ésta siempre es muy caprichosa. 

De hecho, esa añoranza vuelve a nosotros cuando menos nos lo esperamos. Cualquier matiz en nuestro día a día puede llevarnos al pasado aunque sea por un breve instante y es capaz de revolver un sinfín de sentimientos. Los recuerdos pueden ser muy nítidos o muy difusos, todo depende de cómo haya sido la experiencia o lo que ésta nos haya marcado en nuestra vida. Contemplando “Skyline” he visualizado otras ciudades a las que Bañuelos Fournier no tenía intención de llevarme, pero mi subconsciente así lo ha querido. Me llevado a viajar por las diferentes ciudades en las que he vivido y recordar otros muchos edificios y, por supuesto, muchas experiencias en diferentes partes del mundo. Es cierto que al vivir estamos construyendo “futuros recuerdos”, querido Alberto y nosotros somos los diseñadores de ellos. No todos tenemos la capacidad y el arte que tienes tú para plasmarlos, pero, afortunadamente, nuestra cabeza sabe diseñarlos y clasificarlos de tal manera que quedan perennes en nosotros mismos. 

Ahora que vamos retomando cierta normalidad, reconozco que me apetece volver a viajar con la maleta en la mano porque después de ver esta excelente exposición se ha despertado en mí el creador de imágenes nunca vistas. Mi memoria tiene capacidad de sobra para seguir almacenando esas instantáneas que permanecerán conmigo para siempre. Esos “skylines” que evocan paseos entre ellos, rincones por conocer y sueños por cumplir. Reconozco que no me ha dejado indiferente ver tu obra Alberto porque ha prendido una llama que apagó la pandemia de la noche a la mañana. Tengo ganas de conocer mundo y eso no es nuevo porque siempre se aprende cuando sales de tu zona de confort. Hablo de conocer mundo, pero a pocos kilómetros también hay “futuros recuerdos” que nos están esperando. 

Y ya que estoy hablando de ciudades y edificios no puedo obviar mencionar un país en el que nada volverá a ser como antes. Ucrania está sufriendo una guerra que dejará muchas imágenes desoladoras para el recuerdo. Las vemos por la televisión pero su trascendencia va más allá. En ella hay edificios destrozados y en ellos había muchas historias que hoy son desgarradoras. Los sentimientos traspasan pantallas y después de todo lo que llevamos viviendo en los últimos dos años era lo que nos faltaba…

En fin, querido Alberto, gracias por seguir creando y seguir compartiendo tu trabajo con los que admiramos tu obra. Confieso que “Skyline” me ha gustado y ya forma parte de mi memoria y mis recuerdos. Eso sí, esa memoria me ha llevado a otras obras tuyas. Recuerdo a la perfección “La liturgia de las piedras”. Tienes razón que nosotros construimos nuestros “futuros recuerdos”, pero siempre es agradable tener aliados como tú para que éstos queden grabados a fuego en el corazón. En definitiva, “poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces” como decía el poeta latino Marco Valerio Marcial. Sigamos creando imágenes.

Jimena Bañuelos (@14ximenabs)

Enlace en El Valle de México: https://elvalle.com.mx/columnas-y-opinion/story/31202/skyline